El 12 de noviembre de 1995, Damon Hill cerró la temporada de la Fórmula 1 de aquel año con un triunfo en su Williams. Jornada en la que Michael Schumacher celebró de forma medida su segundo campeonato en la categoría, ya que no pudo terminar la carrera. Pero la mesura en esa celebración también estaba marcada por lo que sucedió en la jornada de sábado, en la que se vivió uno de los accidentes más violentos en la historia de la categoría.
En pocos días se cumplen 30 años de aquel momento en el que Mika Hakkinen casi pierde su vida. El McLaren del finlandés salió despedido del piano externo de una de las curvas veloces del antiguo circuito e impacto de lleno contra las barreras. Hakkinen volvería, mostrando una resiliencia pocas veces vista, y sería bicampeón del mundo y el máximo rival de Michael Schumacher. Pero todo queda de lado ante su extraordinario relato sobre aquel sábado en Australia.
“Recuerdo cada momento, recuerdo el momento en que golpeé la barrera y el momento en que sentí que no podía mover nada. Recuerdo a los médicos llegando a asistirme. Luego de eso, me desmayé. Sentí un dolor masivo y me dormí“, esas son palabras del propio Hakkinen, que en una reciente entrevista con el pódcast High Performance, relató el accidente detalle por detalle, en una imperdible declaración.

Hakkinen se ganó el mote del ‘Finlandés volador’, aunque en Adelaide hubiera preferido no volar.
Mika Hakkinen y su relato del accidente casi fatal en Adelaide 1995
“Es un recuerdo tan fuerte que tengo de Adelaide 1995 que para mí es muy fácil volver a aquel momento. Recuerdo toda la preparación previa, era el último Gran Premio de la temporada en un año muy particular, en el que tuvimos muchos problemas con el auto y no conseguimos los resultados que esperábamos”, inicia Hakkinen en su relato.
“Entonces era un Gran Premio especial, ya se terminaba la temporada y el equipo ya estaba trabajando en el auto de la próxima. Vas con una actitud profesional, con ganas de patear algunos traseros y maximizar tu actuación”, destaca. “Cuando fui ese año a Adelaide, McLaren fue como siempre un equipo muy profesional, todo perfectamente organizado, hicimos todas las prácticas, todo muy profesional, como siempre.”

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“El objetivo de uno como piloto, como dije, era enfocarse en maximizar lo que se le podía sacar al auto y el rendimiento personal para conseguir el mejor resultado, aun sabiendo que no vas a conseguir la pole position, algo que es muy frustrante antes de la clasificación, sabes que estarás luchando por entrar entre los 10 y que algo mejor que eso es cuestión de suerte”, admitió.

El McLaren MP4/10B del ’95 no era un buen auto, según Hakkinen.
Pero lo que no se esperaba Hakkinen era lo que sucedería durante aquella clasificación, ese accidente que casi le cuesta la vida. “Aquel día lo que pasó fue que mi rueda trasera perdió aire, se desinfló“, revela el finlandés. “Y fue en una parte específica de la pista, con una curva a la derecha realmente rápida, la cual tenías que tomarla perfectamente porque luego venía una recta en la que querías ir a tope”, explica.
“Entonces, como digo, venía con máxima concentración y al momento de girar, la rueda trasera pierde el aire y, en la Fórmula 1, la altura del auto es mínima, de 15 a 20 milímetros, así que cuando la rueda pierde aire, el auto empieza a tocar el piso. Y lo que pasa es que pierdes el control del volante”, continua.

El accidente de Hakkinen en Adelaide 1995 paralizó el mundo de la Fórmula 1.
“Cuando doblé perdí el control y el auto se empezó a deslizar. Y en la salida de la curva había un piano enorme, que cuando el auto lo tocó, salió despedido. Eso significa que el auto no estaba frenando, estaba volando en el aire“, explica Hakkinen. “Y empezó a girar, lo cual hace que no sepas cuando vas a chocarte contra las barreras. Sabes que lo vas a hacer, pero no cuando.”
“El frente del auto, una fracción de segundo antes de impactar, justo gira hacia la barrera. Yo no tuve tiempo para tensar mis músculos al máximo y sostener mi cuello tan fuerte como podía. En aquel tiempo no teníamos el HANS para sostener la cabeza, y, producto del impacto, mi cabeza se movió tan fuerte que fracturó mi cráneo y, en el momento en que todo se detuvo, yo lo único que me di cuenta era de que no era capaz de mover mis manos. No era capaz de mover mis piernas, y que estaba en problemas”, recuerda el ex piloto de hoy ya 57 años.
“Lo único que pude hacer en ese momento fue decirme: ‘Mantente calmo Mika, sólo espera a que vengan a ayudarte‘, y por suerte en esa curva en particular estaban los médicos, que vinieron inmediatamente a ayudarme”, destaca. “Yo no podía respirar, tuvieron que hacerme un pequeño agujero en el cuello. La fractura en el cráneo hace eso, la sangre se empieza a esparcir, tus órganos dejan de funcionar, así que tuvieron que hacerme una traqueotomía. Meter aire artificialmente en mi cerebro y mis pulmones“, relata con crudeza.
“En cinco minutos estaba en el hospital, pase uno o dos días en coma. Cuando me desperté fue un momento realmente muy duro. Despertarte y ver todos esos tubos conectados a tu cuerpo. No sientes dolor por toda la medicación, pero cuando te dicen la situación en la que estas… Casi que te sientes afortunado de poder mover tus manos y piernas“, completó.
La recuperación y volver a correr
Y así como el relato del accidente, detalle por detalle, es sumamente crudo, ese mismo nivel tiene la muestra de valentía de Hakkinen para superar todo lo que vino después, reacomodar su cuerpo y su vida y volver a subirse a un Fórmula 1 para ser bicampeón del mundo.
“Lo peor llega después“, señala Hakkinen. “Todo el proceso. Y es que cuando te das un golpe así en la cabeza, todos tus sentidos, todo lo que controla tu cuerpo, todo eso tienen que chequearlo y ver cómo reaccionas”, explica. “Media parte de mi cara estaba paralizada por el golpe, fueron semanas y semanas de chequeos y pruebas horribles para ver cómo respondía.“
“Los doctores y las enfermeras australianas fueron increíbles, aunque todo fue muy doloroso. Le agradezco mucho a McLaren por cómo me protegió en ese tiempo y cómo cuidaron de mí, pero la realidad es que te sientes completamente indefenso estando en tanto dolor“, continua. “El mundo completo se detiene para ti cuando te pasa algo así, nada es importante excepto tu salud. Cualquier otra cosa que te importara, deja de hacerlo“.

Hakkinen volvió y fue dos veces campeón del mundo.
“Pasas de ser un joven piloto de Fórmula 1 con un gran ego y que cree que se las sabe todas, a ser alguien que empieza a escuchar más lo que dice la gente, a tomarse un tiempo más para hacer las cosas con mayor precisión. Te vuelve más fuerte, en cierto sentido, te vuelve alguien que no se rinde con nada“, reconoce.
“Me hizo más fuerte para cuando decidí volver a correr y que me sienta más confiado arriba de un auto”, asegura Hakkinen. “Aun así, volver al paddock fue bastante estresante, porque la gente te mira diferente, sabe por lo que has pasado.”
En síntesis
- El 11 de noviembre de 1995, Mika Hakkinen sufrió un accidente casi fatal en la clasificación del GP de Australia en Adelaida.
- El accidente ocurrió cuando una rueda trasera del McLaren de Mika Hakkinen perdió aire, provocando que el auto saliera despedido contra las barreras.
- Mika Hakkinen sufrió una fractura de cráneo y estuvo en coma, pero se recuperó para ser bicampeón del mundo (1998 y 1999).







