El fútbol argentino tiene un nuevo Sergio Goycochea, un nuevo Chiquito Romero, un nuevo Agustín Rossi y es Matías Mansilla, el arquero de Estudiantes. Un fenómeno. Tres penales atajados en la final, dos en la semifinal y Estudiantes sigue agrandando su historia.
Me parece que Carlitos Bianchi le pasó el celular de Dios a Eduardo Domínguez y lo ayudó a ser campeón por segunda vez en pocos meses porque ganó la Copa Argentina en pocos meses. ¿Fue justo? Para mí, no. En el día que perdimos al Flaco Menotti, quien era un admirador de Dante Panzeri, que siempre decía que el fútbol es la dinámica de lo impensado.
Los pibes de Vélez superaron ampliamente a los veteranos de Estudiantes, como siempre digo, la experiencia está sobrevalorada. Los chicos de Vélez jugaron mejor, corrieron más, metieron más, tuvieron más situaciones, pero en el fútbol hay que meter goles y en los penales Estudiantes fue más eficaz. No ganó el mejor, ganó el mas eficaz. Premio para el Pincha que sigue agrandando su vitrina.
Premio también para Vélez, que creyó en un técnico fuera del sistema como Gustavo Quinteros y llegó a una final jugando bien. Este equipo de Vélez les va a dar alegrías a los hinchas en el futuro.
Qué visión la de Riquelme… Dejar ir a Eros Mancuso que salió del Boca Predio y metió un golazo en la final. Qué Copa de la Liga se le escapó a Boca, increíble cómo regaló este campeonato.
Para el final, un párrafo para Verón. Todos los presidentes tienen que estar en l cancha con sus equipos y la Bruja, tendrá sus motivos, estaba en Miami cuando debió haber estado en Santiago del Estero.
Chapó Pincha, campeón otra vez.