Nadie es el mismo antes y después de Marcelo Bielsa. Aplica para jugadores, planteles, directivos, clubes y selecciones. En ese proceso se encuentra Uruguay, ilusionada con ser protagonista en la Copa América 2024 de la mano del Loco.

El experimentado DT rosarino llegó a la Celeste a mediados de 2023 y, cumplido un año de proceso, el impacto en el equipo es notable tanto en juego como en resultados. Sin ir más lejos, Bielsa ya dejó su huella en los históricos triunfos de Uruguay ante Argentina y Brasil por Eliminatorias.

Para hablar del efecto Bielsa se podrían usar números contundentes como las siete victorias que cosechó el seleccionado en sus primeros 10 encuentros oficiales, pero es el juego lo que realmente construye el ilusionante presente de la Celeste previo a la Copa América. Un equipo sediento de recuperar la pelota hasta el último aliento, avanzar terreno rápidamente y terminar las jugadas en la mayor cantidad que sea posible, algunas características de este nuevo Uruguay.

Tomando los 10 primeros partidos que dirigió Marcelo Bielsa en Uruguay (excl. el amistoso contra el País Vasco), números como la posesión de pelota (52%), el promedio goleador (2.4 por partido) y cantidad de remates por juego (13.2) acercan un panorama sobre del juego que propone el Loco, pero los datos proporcionados por OPTA ayudan a profundizar la metamorfosis a la que se está viendo expuesta la Celeste en el proceso que comenzó en mayo de 2023.

La tenencia no se negocia más allá del contexto

Diego Alonso, antecesor de Bielsa, dirigió 12 partidos con Uruguay y sus registros sirven como comparativa para explicar cómo cambio el juego del seleccionado: con el Loco, el conjunto charrúa redujo la proporción de pases largos intentados con respecto al total de sus entregas (de 13.6% a 10.5%), así como también el promedio de metros de distancia de los saques de arco (36 metros a 30), momento donde inician la mayoría de las secuencias.

Otro de los puntos destacables tiene que ver con la posesión y en qué momentos Uruguay elige tener la pelota. Hoy ya no sirve leer la tenencia de balón aislada del contexto: pocos equipos en el mundo se atreven a mantener la propuesta aún con la ventaja en el marcador, momento en el que normalmente se le cede la iniciativa al rival para aguantar un resultado. En dicho escenario, el Uruguay de Alonso promediaba un 46.8% y con Bielsa la cifra aumentó a un 51% de tenencia. Eso sí, el antecesor disputó tres partidos de Copa del Mundo, donde el la trama y las circunstancias marcan el pulso.

Más efectividad a la hora de terminar las jugadas

Pasando a la fase de definición, Uruguay elevó su porcentaje de conversión de tiro en el ciclo Bielsa: pasó de anotar el 12.3% de sus remates a transformar en gol el 18.2% de sus disparos, denotando mayor efectividad en sus ataques.

Los Goles Esperados también sostienen la teoría. Según la métrica de OPTA que mide la probabilidad de que un remate sea gol, tomando en cuenta variantes como la distancia de tiro, posición del arquero y presión del rival, entre otras aristas, la Celeste al mando del Loco convirtió casi cinco tantos más (24) de los que el modelo señalaba (19.4xG), margen que fue mucho menor en el ciclo Alonso (20 goles – 19.4xG).

Dónde elige recuperar el equipo de Bielsa

En el último tercio del campo de juego es donde se produce otro de los cambios que caracterizan al Uruguay de Bielsa y está relacionado a la cantidad de recuperaciones de posesión en esa zona, pasando del 4.8 de la anterior gestión al 5.9 de la actual.

La métrica PPDA (Pases Permitidos al rival por Acción Defensiva realizada), la cual cuantificar la presión que ejerce un equipo sobre su adversario, otorga cifras similares en ambos ciclos (aproximadamente 9,9). Sin embargo, la cantidad de recuperaciones es mayor de la mano del Loco en la parte alta del terreno de juego.

Cómo Bielsa rejuveneció el plantel charrúa

Bielsa no fue el único entrenador al que le tocó “cargar” con el proceso de recambio de la Selección de Uruguay, donde los integrantes de la generación de oro charrúa alcanzaron la etapa final de sus carreras, caso Diego Godín, Edinson Cavani y Luis Suárez. Sin embargo, el Loco decidió priorizar los nuevos talentos que exportó la Celeste en el último tiempo, como Darwin Núñez, Ronald Araújo y Federico Valverde, por mencionar uno de tantos que están haciendo ruido en Europa.

El contraste en datos es impactante: las formaciones titulares de los 10 partidos de Bielsa como DT de Uruguay tienen una media de edad menor a los que paró Diego Alonso. El promedio general de los XI del Loco apenas superan los 25 años, mientras que el de su antecesor casi alcanza los 28. El recambio generacional está a la vista.

Los resultados también hablan: dos triunfos históricos

Una decena de partidos le bastaron al Loco a dejar su sello en los libros de la historia reciente de Uruguay. En octubre de 2023, la Celeste cortó un maleficio de más de dos décadas años sin poder derrotar a Brasil en todas las competiciones: lo hizo en Montevideo gracias a los goles de Darwin Núñez y Nicolás De La Cruz. No ocurría desde principios de 2001, en las Eliminatorias rumbo al Mundial de Corea-Japón.

Un mes después, en la mítica Bombonera, Uruguay derrotó a Argentina en su tierra por primera vez desde 1987: fue 2-0 con tantos de Ronald Araújo y Darwin Núñez. Por su parte, el delantero del Liverpool empezó a convertirse en una garantía de gol en el ciclo Bielsa que se agranda cada día.

Identidad, fidelidad, garra y fútbol. Uruguay dio un paso hacia adelante y está dispuesto a romper el dominio continental de Brasil y Argentina en los últimos años, apostando a un estilo que Bielsa jamás resignó ni se reprochó. Los resultados mandan, pero en tierra charrúa ilusiona algo más que el marcador.