En su primera presentación en unos Juegos Olímpicos, la suerte quiso que Rogelio Romero se saltara los dieciseisavos de final de la división de peso semipesado por sorteo, accediendo directamente a la instancia de octavos. Como contracara, le tocaría enfrentar a un peleador que ya se había despojado del nerviosismo del debut.

El combate entre el mexicano y el croata Luka Plantic pareció cualquier cosa menos una pelea de boxeo olímpico, porque ambos dejaron de lado las cuestiones estilisticas y apenas sonó la campana parecieron salir decididos a arrancarse la cabeza.

El que empezó mejor la pelea fue Plantic, quien pese a que la altura y la distancia jugaban a favor del mexicano logró prenderse en el cuerpo a cuerpo y soltar buenos golpes certeros y de poder que inclinaron el juicio de los jueces a su favor.

Pero Romero comenzó a encontrar su distancia a partir del segundo asalto y fue dominador de la pelea de allí en adelante, llevándose el visto bueno de todos los jueces en ese segundo y una votación favorable de 4-1 en el tercero, que le permitió ganar el combate en fallo dividido y meterse en cuartos de final.

Así, el oriundo de Ciudad de Juárez se mantiene como el único boxeador que continúa en carrera en la delegación mexicana, puesto que tanto Brianda Cruz en ladivisión de peso wélter y Esmeralda Falcón en la división de peso ligero fueron eliminadas en el debut.