El box sin guantes regresó con su programación habitual y eso significa que los rostros desfigurados vuelven a ser moneda corriente. Los protagonistas de las acciones en esta disciplina van hacia adelante sin importar quien este enfrente, lo que genera que se produzcan choques que ocasionan imágenes impactantes que luego dan la vuelta al mundo por su brutalidad.
ver también
El futuro de Isaac el Pitbull Cruz en el box tras su victoria ante Ángel Tashiro Fierro: ¿Es posible Gervonta Davis?
El nombre propio no es el más importante en este caso, ya que se trata de alguien de largo recorrido en los deportes de contacto, pero mayormente en las penumbras y lejos de las grandes luces. Su nombre es Bobby Brents y fue el gran protagonista del fin de semana en boxeo sin guantes porque su rostro quedó irreconocible.
En el evento de este sábado 1 de febrero que organizó la empresa líder BKFC, Brents se presentó ante Yorgan de Castro y perdió por nocaut técnico después de un sufrir un hematoma que requirió la atención médica. El especialista de turno entendió que la herida era lo suficientemente contundente como para no poder dejar a Bobby seguir luchando, por lo que se quedó con una dura derrota.
La brutal imagen del rostro desfigurado de un boxeador
Como se puede ver en el video, la inflamación cerca del parietal izquierdo se produjo por la cantidad repetida de golpes y la misma se fue volviendo cada vez más grande. Aunque Bobby intentaba hacer como si nada pasara, nadie podía quitar la atención de ese tremendo “huevo” que se le hizo en la cabeza.
ver también
¿Canelo Álvarez, Bivol o Beterbiev? El camino de David Benavidez luego de ganar su pelea ante David Morrell
El castigo a puños limpios genera que las heridas se produzcan de manera más rápida y peligrosa. Esto es lo que hace tan atractivo al deporte para muchos seguidores de la actividad que disfrutan ver el morbo de dos boxeadores dando todo lo que tienen buscando finalizar las contiendas cuanto antes. Difícilmente los duelos se van a la vía de la decisión y es que la promesa de nocaut está latente desde el primer campanazo.
