Mexicanos que radican en el extranjero dicen que a todo se acostumbran rápidamente en cuanto llegan a vivir en un país distinto al suyo, menos a la comida. Más allá de lo complicado que es adaptarse a nuevos alimentos, la verdadera dificultad es desapegarse de la gastronomía mexicana, principalmente de los platillos hogareños. Para algunos es tan crítico que se ven afectados por el síndrome del Jamaicón.
Posiblemente se lea como una exageración, sin embargo, el origen de dicho síndrome parte precisamente de la comida; con el paso del tiempo, la melancolía por extrañar la nación se asocia también a factores como el clima, el idioma y la familia. Es tan apremiante estar lejos de eso que se opta por volver a México y así no sufrir la distancia.
Aunque nunca pensó en crearlo, José ‘el Jamaicón’ Villegas fue el autor del síndrome que lleva su apodo. Hay distintas versiones sobre cómo sucedió, pero coinciden en lo más elemental: fue culpa de la comida.
Relatos indican que fue en Portugal como escala de una gira previa a la Copa del Mundo de Suecia 1958, mientras que otras informaciones refieren que ocurrió durante la concentración de la selección nacional en territorio sueco. En lo que sí comulgan es en precisar que el exfutbolista del Guadalajara entró en depresión y crisis por tener que comer platillos europeos que le sabían insípidos, a “porquería”.
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¿Extrañar la comida es para deprimirse?
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Fue el legendario Ignacio Trelles quien lo sorprendió cabizbajo y envuelto en lágrimas antes del Mundial, una imagen atípica en un defensa duro y aguerrido como Villegas. Al preguntarle qué le pasaba, el Jamaicón respondió que extrañaba la comida mexicana.
Versiones apuntan que su tristeza se generó por su gusto al pozole y los sopes, alimentos que ni de broma iba a encontrar en Europa. Aunque hay otras que se aproximan más a lo que envuelve con mayor totalidad lo que se conoce como el síndrome del Jamaicón, tal como la siguiente: Villegas extrañaba las albóndigas de carne de puerco que cocinaba su mamá. En este sentido, aterrizándose en un plano afectivo, lo que en realidad le dolía al exjugador de Chivas era estar lejos del abrazo materno, del calor de hogar.
Con base en el sope y el pozole, o bien en las albóndigas de puerco, se instituye el síndrome del Jamaicón como aquel malestar emocional que, sea cual sea la razón, deprime al mexicano que vive en el extranjero y desea volver lo más rápido posible al país.