Después de que estallara la guerra entre Rusia y Ucrania tras la invasión del ejército ruso a territorio ucraniano, la Federación de automovilismo de Ucrania pidió al organismo rector de la Formula 1, la FIA, que les prohíban de inmediato a todos los pilotos de Rusia y Bielorrusia competir en cualquier evento que ellos dirijan, lo que traería cambios significativos para la máxima categoría del automovilismo.
La respuesta a dicha solicitud provocó que el Consejo Mundial de los Deportes de Motor convocara a una reunión casi inmediata este martes para decidir el futuro de Nikita Mazepin, quien es el volante estrella de la escudería Haas, y quien ya se alista para ser parte de la próxima temporada, pero ya ha tenido algunos estragos por las decisiones del Presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Y es queNikita sufrió un penoso momento en los ensayos de Barcelona, donde fue obligado a correr con el auto prácticamente en color blanco, pues uno de sus patrocinadores no pudo seguir con el máximo circuito, tratándose de Uralkali, una empresa que era su sponsor principal además de que el propietario es su padre, Dimitry Mazepin, sin importar que ni el empresario ni dicha marca han sido parte actualmente de las sanciones internacionales que se han impuesto a Rusia.
Mientras que, ante esta situación, el Director de Haas, Guenther Steiner, insistió en días recientes en que hacerlo no arruinará financieramente al equipo. Actualmente Mazepin es el único conductor en la Formula 1 que se vería afectado por el veto, pues no cuenta con más compatriotas en el circuito, ya que el último piloto ruso en la Formula 1, Daniil Kvyat, fue conductor suplente de Alpine el año pasado, pero ahora tiene contrato con G-Drive para el Campenato Mundial de Resistencia de este año.