La guerra por el control del del fútbol europeo se vive intensamente en el viejo continente. La aparición de la Superliga ha supuesto un reto nunca antes visto para una UEFA donde preparan cambios de peso para la Champions League de cara a los próximos años. La gran mayoría del tablero no apoya el proyecto de Real Madrid, Barcelona y Juventus, pero tampoco el nuevo certamen que quieren imponer desde Nyon.

La visita de Nasser Al-Khelaifi a la capital española tiene una explicación clara y contundente: empezar a definir el futuro del fútbol europeo. El CEO del PSG y presidente de la ECA (Asociación de Clubes Europeos), acudió horas atrás a Madrid para reunirse con una serie de altos cargos del deporte rey en el viejo continente para conseguir el de momento imposible visto bueno para el nuevo torneo que prepara UEFA. Se vienen días largos.

Desde el máximo ente de fútbol europeo tenían la intención de anunciar los cambios que entrarán en vigor desde la Champions League 2024/2025 en esta misma semana. El Comité Ejecutivo de Viena era la oportunidad perfecta, pero los viajes de Nasser Al-Khelaifi no han conseguido de momento el favor las instituciones que rodean el deporte profesional en Europa para presentar el proyecto por todo lo alto. AS afirma que habrá fracturas.

La Champions de la discordia

Recordemos rápidamente el certamen propuesto por Aleksander Ceferin y compañía. Habrá 36 equipos, una fase de grupos con 10 encuentros para cada club, playoff entre los ocho primeros y dos cupos a rellenar con invitaciones que serán decididas ‘a dedo’ por UEFA. Será el coeficiente propio del ente lo que hará que si gigantes como Manchester United o Milan no llegan por méritos deportivos a la Liga de Campeones, puedan acceder como invitados al certamen en cada temporada.

Trofeo de la UEFA Champions League: Getty

Trofeo de la UEFA Champions League: Getty

European Leagues y las Asociaciones de Aficionados se muestran en contra de la nueva Champions League que se propone desde el corazón del fútbol del viejo continente. Las protestas empezaron este fin de semana en Alemania con pancartas de Bayern Múnich y Borussia Dortmund para la UEFA, pero ni mucho menos parece que la cosa se quedará por ahí. Una nueva guerra, y entre instituciones, aflora ahora en la batalla por el control del fútbol europeo.