Viene de ser campeón en Brasil, pero esta vez en el Showbol y con la camiseta de la Selección. Ariel Alejandro Cabral fue uno de los convocados por José Oscar Flores, el Turu, para afrontar el último amistoso entre Argentina y Brasil, esta vez en San Pablo. Y fue victoria de la Albiceleste. Y también una excusa para seguir jugando un ratito más.
El exvolante lo hace también en el Senior de Vélez y en el Baby de Sacachispas. Pero cuando le dijeron de ir a Brasil ni lo dudó: es que allá él dice que no es ídolo pero es respetadísimo. Cuatro títulos con el Cruzeiro y seis años de estadía en tierras verdeamarelhas. Por eso cualquier excusa es válida para subirse a un avión y pisar suelo brasileño, más si es con una pelota de por medio y para ponerse la celeste y blanca. Y en un clásico sudamericano…

Cabral fue en su época el argentino con más partidos en Cruzeiro. Foto Ariel Cabral.
“El Turu lo armó bien, formamos un buen equipo. Cuando terminó el partido, algunos brasileños decían ‘Che, ustedes ya se entrenaban, ya se conocían, venían jugandom ¿no?’. Nos conocíamos, sí, pero no entrenábamos. ‘Nos dieron un toque, ya queremos la revancha’, nos dijeron. Estuvo lindo, más allá de que ganamos… Cuando entramos ahí, es clásico y querés ganarlo, como sea, no importa. Yo les decía a los chicos ‘miren que entramos, es un show, tirás un caño, mostrate, pero yo quiero ganar’. Olvidate, me dicen todos, ‘vamos a ganarles, vamos a ganarles’. Después comimos juntos, estuvimos ahí, está bueno”.
Dice que para febrero o marzo, Djalminha -el organizador- está pensando en la revancha. Entre los argentinos, además de Cabral, estuvieron José Basanta, Gastón Sessa, Tito Canteros, Mariano Pavone, Leonel Gancedo, Marcelo Cañete, Bernardo Leyenda, entre otros. El aprovechó para visitar una vez más un país que le sienta bien, que le trae buenos recuerdos.

Las selecciones de Brasil y Argentina en el Showbol. Foto Showbol.
Cabral tuvo su momento de explosión de la mano de La Volpe en Vélez. Pasó directo a la Selección Sub 20 que ganó el título en Canadá (aquel equipo de Tocalli con Sergio Agüero, Angel Di María, entre otros), se fue a Polonia (donde fue campeón) para volver al Fortín y sumar en total tres títulos. Y ya en agosto del 2015 llegó a Brasil para sumarse al Cruzeiro, donde logró dos Copas de Brasil y dos campeonatos de Mineiro.
Tiene una estadística particular: tiene más títulos que equipos. En su carrera se puso las camisetas de Vélez, Cruzeiro, Goiás, Racing de Uruguay y Legia Varsovia, además de la Selección (seis) y en total dio 8 vueltas olímpicas. Dice que allá en Brasil no es ídolo, pese a haber superado los 200 partidos y haber sido, en aquel momoento, el argentino con mayor cantidad de presencias en el club.
“Yo no me considero ídolo, sí que me quiere mucho, y fui importante ahí. La verdad es que yo sumé, me considero un jugador importante y respetado. Me fui por cuatro o cinco meses y al final me quedé por más de seis años y medio, y fue año a año eso, me lo fui ganando, gané cosas importantes pero yo creo que también me valorizan mucho porque cuando el club estuvo mal, nos tocó pelear el descenso y yo me quedé, me bajé el salario, no me pagaron y hoy me dicen gracias. Hacíamos colectas para ayudar al personal del club que la estaba pasando mal. El cariño viene por ese lado, también lo reconocen en ese sentido. Yo creo que es un todo. En su momento era el jugador extranjero que más partidos tuvo. Después vino mi compadre, mi amigo, mi hermano Lucas Romero, que sigue jugando ahí, y me hace feliz que haya vuelto y le esté yendo como le está yendo. Él fue el que me pasó, yo fui importante con él también, la pasamos bastante bien y seguimos ligados a eso. Es un todo, pero ídolo creo que no, deben ser muy pocos, pero sí un jugador importante en el club”.
-Llegaste a Brasil después del Mundial 2014, ¿te recibieron bien?
-Yo llegué allá y eran todos muy amigueros, gente que te acompaña, entonces se me hizo más fácil. Yo iba y me abrazaban, me decían ‘vení, lo que necesites estamos acá’. También depende de qué equipo te toque y en qué Estado. En Minas Gerais son muy receptivos, tienen otra personalidad. Después no dejás de ser extranjero, el brasileño tiene otra cultura. Y te miran… ‘che, éste viene, vamos ver qué pasa’. No es tampoco que acompañen mucho el fútbol argentino, sí los que juegan Copa Libertadores, torneos internacionales, pero después si no sos tan conocido van viendo qué pasa. Te van conociendo y te vas ganando respeto semana a semana, en los partidos.
“Eso sí, como es más masivo, te va bien y estás bien y ya te piden para la Selección, Me ha tocado en la época que llego y estaba Gerardo Martino en la Selección y me acuerdo que me va bien, el equipo empieza a andar muy bien, nos salvamos del descenso, estamos peleando ahí y un compañero sale a dar una entrevista y pedía que Martino me llame ‘llevatelo, dale la posibilidad en la Selección’. Ahora, si te va mal dos o tres partidos, ¿sabés qué? Te matan. Igual es una cultura que siempre me gustó, ir a allá y tener la experiencia de jugar en un fútbol así, un país tan fanático como nosotros y que son los mejores como nosotros me hizo muy bien”, explica quien tuvo dos citaciones con Sergio Batista como DT nacional.

En Vélez consiguió tres títulos. Foto Vélez.
-¿Son así de intensos como los argentinos?
-Si, es un país muy grande entonces hay que ver en qué equipo estás, o cómo venís con la historia del club. Si agarrás una seguidilla y estás muy mal, sí, te dan de todos lados y aparte como son un montón, lo sentís en la calle, lo sentís en todas las redes. Con las redes es muy, muy duro porque ya cualquiera entra y dice lo que quiere. O en la cancha mismo cuando van 40, 50 mil personas todos los partidos y si por ahí no estás jugando bien se hace sentir bastante. Y no juega a cualquiera porque tenés que tener la cabeza preparada para que te silben 45.000 personas y vos la pierdas y sigas intentando y sigas metiéndole. Es duro pero también cuando te va bien te levantan que te crees Messi, es todo muy así, o arriba o abajo. Son los extremos, no hay un intermedio.
-Las redes sociales manejan los humores también…
-Yo llego allá y no tenía redes sociales. Y me fue yendo bien y dije me voy a hacer una, y me la hice privada. Y después bueno le saco los comentarios y no quiero ver nada porque si me va mal, tenés que lidiar con eso. Una vez les ganamos el clásico a Atlético Mineiro y allá son mucho de cargar al otro, pero ni lo piensan, hacen gestos, salen dando entrevistas o subiendo una historia como cargándolos fuerte y no se dan cuenta de lo que eso puede generar. O por ahí lo ve una persona que por ahí no está bien y después te ve en la calle y te quiere pelear o te quiere decir algo y no da, no da. Yo siempre pensé en eso. Si les ganamos, festejamos pero nunca voy a hacer un gesto, nada. Y del otro equipo, los del clásico, me lo reconocían, en el buen sentido. Y me decían ‘che, nos gustaría que estés con nosotros’. Y eso que es el clásico rival, un River – Boca o Central-Newell’s. Eso es muy sensible y tienen que tener el tacto para llevarlo porque, mismo siendo pasional y con la cabeza caliente no podés decir nada que te haga después arrepentirte. Después tenés que salir pidiendo perdón, le tocó a varios eso. Pero ya te la mandaste.
-Suelen subir cargadas en general a las redes los mismos jugadores…
-Si, se desconocen, ganan un clásico, que se juega a las 7 de la tarde y ya en la casa hacen joda, o un asado y empiezan a tomar con los amigos y ‘che, vamos a una historia acá hablando’, y no miden en ese momento que después al otro día ya se viraliza, cualquiera lo ve y chau. Después tenés consecuencias, el club te agarra y te dice qué hiciste, ahora tenés que salir a pedir perdón, salir a hablar y poner la cara donde la tenés que poner porque no sabés del otro lado quién está y cómo lo va a tomar. Y vos tenés familia o sos jugador, sos profesional y tenés que dar una imagen y un ejemplo. Algunos se olvidan y bueno, pasa acá también. Y después los hinchas creen que tiene ese derecho de ir y reclamarte. Pero son hinchas, es pasión y no le vas a encontrar lógica.
Clubes, hinchas y SAF
Esos mismos hinchas que ven las redes sociales y muchas veces reaccionan a lo que se comparte, más aún cuando lo hace algún jugador, también según Cabral son los mismos que son capaces de regular las actividades de los clubes que en Brasil se han transformado en Sociedades Anónimas de Fútbol. Uno, justamente, es el Cruzeiro, del que Ronaldo, el Fenómeno, fue socio mayoritario hasta mediados del 2024.

Cabral con Ronaldo. Foto Ariel Cabral.
“Los clubes que tienen inversores muy fuertes algunos lo gestionan bien, no es que el dueño hacen lo que quieran. Ahí hay una hinchada por detrás, que se va a hacer escuchar, que son muchísimos. Y no por ser el dueño, tener plata va a hacer lo que quiere. Los hinchas al ser tantos se hacen escuchar y respetar, se respeta lo que es la historia del club y, por supuesto, la cuestión deportiva. Ha pasado. Yo cuando me vengo de Cruzeiro al otro mes lo compra Ronaldo, y no iba a hacer lo que quería, sí iba a invertir o iba a juntar gente con esa idea de hacer crecer al club, pero le dijeron ‘pará, no te confundas por ser Ronaldo’, la gente ahí se hace escuchar y se hace respetar porque si no, no avanza. Son muchísimos y si te va mal te van al entro de entrenamiento, y son fuertes en ese sentido. Yo creo que lo saben llevar, ese mix o hacen una mistura de la empresa con lo social y algunos clubes van a tener éxito porque saben convivir con eso”, explica.
Aunque Flamengo, campeón de la Libertadores, y Palmeiras, subcampeón, no son equipos que hayan optado por esa opción de convertirse en empresa (sí Atlético Mineiro, finalista de la Sudamericana), para Cabral hubo un salto de calidad en los equipos brasileños en cuanto a la economía que los potenció hasta convertirse en los campeones de las últimas siete ediciones del torneo continental (el último argentino fue River en el 2018).
-¿Por qué los equipos brasileños vienen arrasando en la Libertadores?
-Los equipos brasileños se fueron adaptando y tomando cosas de los otros países. Antes era solamente el ‘juego bien’, un firulete, compito, pero hoy en día son potencia. Y los jugadores que tienen, estos que llegaron a la final, Palmeiras y Flamengo tienen dos equipos titulares. Uno en el banco y algunos que no fueron citados y otro que está en cancha. Tienen mucho recambio y jugadores de nivel; y jugadores de nivel que te juegan cada tres días, que te compiten. Y después tienen también el CT (Centro de Treinamento), el proyecto de estructura que tienen los clubes, son europeos y de altísimo nivel. Ahí está la diferencia, en lo económico. Y los jugadores de nivel que vienen, los europeos y vienen bien, les gusta jugar ahí porque el clima es bueno, el club es bueno, les pagan bien y compiten en una liga que es altísima. Es una las mejores ligas del mundo, que compite con cualquiera porque tienen como 10 equipos que son de primerísimo. Creo que ahí hicieron diferencia en los últimos años.
Brasil y Ancelotti
Sin embargo, ese predominio que se viene dando en las competencias continentales no se refleja en la selección. Brasil terminó las Eliminatorias en el 5° lugar, con 28 puntos, diez menos que Argentina. El italiano Carlo Ancelotti asumió en el Scratch en junio del 2025 para intentar enderezar el barco y aunque ahora están pensando en renovarle hasta el 2030, en el inicio de su estadía nada fue tan sencillo. “Yo creo que la selección a la larga se va a ir acomodando, porque es una potencia y siempre lo fue. Creo que es una transición, todavía no encuentra el rumbo pero los grandísimos jugadores están y van a estar siempre”.

Cabral con Agüero, con quien fue campeón en la Selección, y Messi. Foto Cabral.
“Los brasileños primero no estaban contentos cuando estaba corriendo el nombre de Ancelotti, porque ellos dicen ‘¿Por qué un extranjero? Tiene que ser brasileño, nosotros somos Brasil, somos el pentacampeón mundial, somos los mejores y cómo va a venir un técnico extranjero a enseñarnos cómo jugar, aunque sea Ancelotti, el mejor de todos, a enseñarnos cómo nosotros tenemos que jugar, con toda la historia que tenemos’. Fue tomado medio con pinzas, fue un tema en Brasil. Después tenían que entender que debían renovarse, tenían que tener esa transición y le van a exigir estar primero porque hoy en día clasificado al Mundial, es poco. Tiene que clasificar y jugando bien, gustar y tiene que golear. ¿Y por qué? ‘Porque somos así, somos la Verdeamarelha’, te dicen. Son muy exigentes. Son una potencia.
-Pero por algo se llegó a contratar a un DT extranjero para la selección.
-Sí, es verdad. ¿Por qué se llegó a eso? Y yo me pongo pensar y digo que en los últimos años, no sé si es una moda o qué, pero en el Brasileirao hay mucho técnico extranjero. Hay muchos portugueses, muchos argentinos, uruguayos. Algunos se quejan pero van argentinos y los ves compitiendo y en clubes importantes. Ahora fue Martín Palermo y estuvo por hacer un milagro para salvar a Fortaleza, fue y estaba muy mal y empezó a levantar. Está el portugués Abel Ferrer, hace muchos años, y ganó todo. En Cruzeiro tenés otro portugués y así. Es como una moda que yo creo está bueno. Después se hacen los patriotas y dicen ‘che, nosotros queremos un técnico de acá’.
En noviembre, durante el Foro Brasileño de Entrenadores de Fútbol que se realizó en Río de Janeiro, Emerson Leao aprovechó el espacio para cuestionar deliberadamente la contratación del italiano. Y eso generó repercusiones y puso en agenda una vez más las dudas respecto a su trabajo en el equipo nacional.
“Invitaron a exjugadores, extécnicos bastante conocidos de la historia de Brasil y uno habló delante de Ancelotti, y le dijo ‘ojalá que salga bien, que te vaya bien, pero no puede ser que haya un técnico extranjero en la selección, ojalá que el próximo sea brasilero’. Lo mal que cayó eso y le dieron de todos lados, que no podía decir eso, que se había desubicado mal. Y Ancelotti con todo el respeto y la educación no dijo nada. Se ubicó. Pero ellos lo hacen saber de algún modo, esa rabia que les da. Ojalá que sigan llevando jugadores y técnicos extranjeros, como todos. Eso sí, es más común allá que lleguen argentinos a que acá vengan brasileños”.
-¿Hay alguna explicación para que haya tanto entrenador de afuera?
-Técnicos brasileños hay, y muy buenos. Pero quizá hay un tema, por ahí le tienen más paciencia a los europeos o argentinos. Hay un tema ahí de porqué les tienen más paciencia, dan más tiempo para que trabajes. Si es de ahí, si le va mal a los dos o tres partidos lo sacan. Pero por ser extranjero, hay un proyecto a largo plazo, porque te habla bonito o porque te dice esto o lo otro, vamos a aguantarlo más, porque es de afuera, porque es europeo, no sé. Yo tuve técnicos muy buenos, Mano Menezes, por ejemplo, con distintos perfiles y son buenos técnicos. Me hablaron muy bien de Fernando Diniz, de Vasco da Gama. Yo conozco varios, pero como todo, a veces lo de afuera es mejor…
También hoy, entiende el exvolante, que a Brasil le falta también un jugador que se destaque por encima del resto, una figura emblemática como supo ser Neymar, ahora atravesando una serie de lesiones. “Perdió esa figura, pero es que hoy en día el técnico de Brasil debe pensar no puedo llevar a alguien que por ahí no esté al 100%, mismo siendo el mejor de la selección, sabemos el potencial que tiene, pero no puede darse el lujo de que vaya y que lo tenga para jugar 10,15 minutos, aunque se lo pidan parte del periodismo, de parte de la gente. El fútbol es presente. Si no estás bien, no te van a dar un regalo porque no es un club de amigos, es una selección nacional que va a competir con los mejores del mundo. Mismo siendo Neymar. Nadie se puede dar ese lujo, solo Messi, aunque él sigue estando muy bien. Después, ningún jugador se puede dar ese lujo”.
-Y no volvió a surgir una figura de ese estilo en Brasil.
-No, hoy en día no, hay grandísimos jugadores, si, tiene cracks que están surgiendo, como este chico que está en el Chelsea, Estevao, que es un diferente, creo que si puede sostenerlo tiene muchas condiciones para serlo. Pero por ahora no tiene, bueno mejor para nosotros, je. Y cuando no hay un referente o un jugador que puede guiarlo, tiene que ser todo el equipo. Brasil siempre tuvo números 10 que eran referentes y que se ponían la cinta y la 10 y que sabías que en él iba a recaer toda la responsabilidad. Y si no hay, tiene que ser el conjunto, que a veces también te complementa.
Le tiene mucho respeto y cariño al fútbol brasileño, a su gente, a su forma. Entiende la rivalidad más como una necesidad de ambos, de Argentina y de Brasil, de potenciarse. “Somos los dos países, creo yo, que potencian al mundo. Donde salgan más jugadores, donde hay cracks y va a haber siempre. No hay odio. Odio es una palabra muy grande. Hay rivalidad y está bueno eso. Como ese picanteo que hay, a veces. Es sano, creo. El Top Five de los mejores jugadores históricos está entre argentinos y brasileños, no hay dudas, entonces en este deporte que es el más lindo del mundo somos los dos y nos vamos a potenciar de esa manera”.
-¿Los brasileños nos quieren?
-Ellos nos quieren un montón, le decía el otro día a un brasileño, él estaba en la duda. Nosotros los queremos, hay rivalidad, si, pero a nosotros siempre nos gustó su cultura, el fútbol. Siempre competimos y eso nos levantó a los dos. Sin dudas, y el respeto está, porque nosotros nos hicimos respetar, nosotros creemos eso y donde fuimos y competimos y nos paramos y allá dicen ‘che, este es argentino, uy, éste va, este tiene carácter, va para adelante’. Y ellos como que nos quisieron copiar, en la Libertadores, como que fueron chupando eso de nosotros. En la libertadora ellos hablaban así “nosotros vamos a jugar a Argentina y vos entrás y están todos cantando y te escupen, y es una caldera”, eso es lo más lindo que hay, ellos aman eso, y cuando venían para acá, me ha tocado, vinimos con Cruzeiro, y se quedaban mirando o sacando fotos, mirando el clima, el estadio, el folklore, decían “qué lindo, qué bueno debe ser jugar acá”. Y eso ellos lo respetan un montonazo históricamente.
Senior, Showbol y más fútbol
Mientras espera la revancha con Brasil por el Showbol y trabaja en scouting para un equipo portugués, apenas un año después del retiro Cabral sigue jugando. Tiene apenas 38 y a simple vista nadie diría que colgó los botines. Después de su paso por Racing de Uruguay, con el que ascendió, la transición a ser ex fue gradual y sin complicaciones. Y el Senior, además, le mantiene vivo el gusto por la competencia.

Cabral en el Senior de Vélez. Foto Senior Vélez.
“El gen competitivo está y va a estar siempre, el que se dedica a esto, que nació y vivió de esto lo tiene. Y creo que es cultural también, el argentino es así, jugamos como ahora con brasileños, que son unos monstruos, juegan muy bien y querés ganar. Vas a dejar hasta lo último. Voy a jugar al Senior y los veo a todos metidos, eso lo hace más atractivo, porque está bueno que te diviertas pero después está ese condimento de querer ganar, de competir, siempre con respeto. La otra vez nos tocó con Argentinos Juniors y primero nos saludamos todos, empezamos a jugar. Pasaron 15, 20 minutos que ya le pedís al árbitro, le decíamos ‘cobrá bien, cobrá esto porque se va a desvirtuar, se van a empezar a pegar’. Después termina y nos abrazamos todos y ya está, pero en ese momento o lo que dure el juego todos quieren ganar y van a usar de todo para hacerlo”.
-¿Y el árbitro qué les dice?
-El otro día en el de partido del Senior de Vélez, voy y le digo ‘¿vas a seguir dejando que se peguen, que sigan así, esa falta, que nos podemos lastimar?’. Y me miró como diciendo ‘dale, déjense de joder y jueguen’, y a veces ya llega un momento que no nos habla. Los árbitros nos dicen ‘cállense, muchachos, vamos a seguir jugando’. Es como que estamos en Primera y compitiendo en AFA, no sé.
-¿Qué tiene de especial el Senior para los exjugadores?
-Es ese sentido de pertenencia, llegás y te ponés la camiseta de tu club, del que querés, ves a ese compañero y recordás anécdotas o campeonatos o cosas, y está bueno, es como un mimo al exjugador que por ahí no suelta o sí suelta pero le gusta recordar. Y les hace bien y está esperando ese partido, ese día para jugar. Está bueno que se vea, se transmita y lo que se hace hoy en día en redes sociales, que salga en todos lados y que se vean. Y los hinchas comentan. A mí me tocó ir a la cancha de Vélez y me cruzo con hinchas y me dicen ‘te voy a ir a ver’. Te dicen gracias. Gracias por esto, por los campeonatos, por la época del Tigre Gareca. Y salen charlas que están buenísimas. Yo les digo, sí, vengan, están invitados a ver el partido. Hablamos ahí con los jugadores que hicieron una historia, pasaron y dejaron un legado en el club y es un cariño, un mimo, está bueno.
Por ahora no piensa en dirigir, aunque ya tiene el título. Aunque se haya retirado del fútbol profesional, la pelota sigue viva en sus pies. Si lo llaman, Cabral está, como buen soldado.







