El partido moría, y parecía que iba a quedar en un 0 a 0 como tantos en el clásico de Rosario. Pero a menos de 10 minutos del final, Rosario Central tuvo un tiro libre lejano, pero bien perfilado para un ejecutante zurdo. A pesar de que Ignacio Malcorra todavía se encontraba en la cancha, Ángel Di María se tuvo fe y la pidió.
Sin dudarlo, el Fideo sacó un zapatazo espectacular que se clavó en un ángulo, y que dejó sin ningún tipo de reacción a Juan Espínola en el arco de Newell’s. Con este golazo, en el tercer clásico rosarino que disputó en su carrera, Di María cumplió uno de sus sueños de la mejor manera.
Desde su retorno al fútbol argentino, Angelito había convertido dos goles en cinco partidos, y ahora sumó uno más. El más importante desde su vuelta y uno de los más importantes en su carrera personal. En un clásico con Newell’s, en el Gigante de Arroyito y para poner el partido 1 a 0 en los últimos minutos, algo que terminó siendo definitivo.
Además, con este imponente tiro libre, Rosario Central se consolidó como el mejor equipo en la tabla anual al llegar a 45 unidades, y en este campeonato conserva su invicto y escala a la tercera posición de su grupo. Newell’s, en cambio, quedará relegado al 11° puesto de la Zona A y al 23° de la anual. Un gol histórico y un sueño para Ángel Di María y para el Canalla.







