Cuando Matías Vargas la rompía en Vélez y le sobraban los pretendientes, llegó a decir que por “razones personales” nunca jugaría en Boca. Aquellas palabras tuvieron que ver con la desprolija salida de Mauro Zárate rumbo al Xeneize, que reconoció lo molestó, y se dio justo cuando ya se hablaba del interés del club en su propio fichaje.

El Monito, fanático confeso del fútbol de Juan Román Riquelme, terminó firmando con el Espanyol de Barcelona para la temporada 2019-2020. Alternó buenas y malas, hasta que finalmente fue cedido al Adana Demirspor de Turquía, por seis meses.

En la actualidad, Vargas reconoce que haber vivido en Turquía le generó la curiosidad de conocer otros destinos exóticos. Tal vez por eso decidió aceptar la propuesta que el año pasado le hizo el Shanghai Port. También Espanyol aceptó su salida, pese a que refirió menos de la mitad de lo que había pagado a Vélez por su transferencia.

Lejos de los grandes focos bajo los que había estado con su gran nivel en el fútbol argentino, tuvo una muy buena temporada en el fútbol chino. Este año, sin embargo, le está tocando jugar mucho menos de lo que hubiese querido. “Por el momento no estuve jugando por problemas con el técnico”, reconoció en diálogo con D Sports Radio.

Ante ese conflicto, El Monito dejó abierta una puerta para regresar al fútbol argentino: “Uno de mis sueños es jugar una copa con Vélez. Me encantaría volver, teniendo en cuenta la actualidad, pero no depende de mí. Si vuelvo, es por el corazón. Es lo que más tira”, aseguró.