Cada semana de trabajo que comienza en un club de fútbol tiene como desenlace el día de partido. Es allí donde deben culminar los esfuerzos, funcionar las estrategias y explotar los rendimientos individuales y colectivos. En el caso de Lionel Messi, la semana previa al duelo de este domingo ante Rennes estuvo bastante agitada.
Por ser el mejor futbolista del mundo, ratificado por la obtención de un nuevo premio FIFA The Best que valió doble por llegar tras la ansiada coronación en Qatar, hizo mayor ruido su ausencia al entrenamiento del jueves de la que hubiese hecho la de cualquiera de sus compañeros. Por otro lado, su padre venía de realizar declaraciones bombativas desmintiendo rumores sobre su futuro.

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Dentro del clima convulsionado que se vive en PSG por una nueva eliminación temprana de la Champions League, se instaló incluso el rumos de que la facción más radical de la hinchada del equipo estaba organizándole una silbatina para el domingo en el Parque de los Príncipes. Y hasta se llegó a decir que está pensando más en la fiesta que vivirá con la Selección Argentina la próxima semana que en Rennes.
Quien decidió pasar de todo tipo de condicionante y especulación fue el entrenador Christophe Galtier, quien prefirió observar solo todo lo que La Pulga le puede seguir aportando desde lo futbolístico en incluirlo en la convocatoria para el partido del domingo, en el que más que probablemente será titular.
¿Y la renovación?
Sobre el cierre de la semana también parece haber habido avances en las negociaciones para extender su vínculo con PSG, equipo con el que ya había comprometido de palabra su continuidad a fines del año pasado. Aunque espera tener mayores certezas sobre los planes del equipo para la próxima temporada, Messi no ha querido negociar con ningún otro club hasta no resolver su contrato con el equipo parisino.







