Ésta será recordada como la noche que los hinchas de Boca se hartaron de Riquelme.
Después de la eliminación con Alianza Lima sonó en las tribunas de La Bombonera “que se vayan todos”, dirigido para los jugadores, para Fernando Gago, el Consejo de Fútbol y también para Juan Román Riquelme. El presidente, en su noche más difícil, terminó escondido en su palco con Mariano Herrón, tal vez, su técnico fetiche en estos cinco años y dos meses de gestión.
Una vez un piloto me dijo que para que se caiga un avión te tenés que mandar 100 macanas seguidas. Gago se las mandó todas porque Cavani no estaba para jugar, Rojo no estaba para jugar, Ander Herrera no estaba para jugar, Agustín Marchesín no debió salir para los penales y Alan Velasco no debió patear el quinto.
En La Bombonera se terminó el biri biri de que los partidos los gana los hombres. Cavani se perdió un gol inexplicable, Rojo lo perdió a Barcos en el gol de Alianza Lima y encima en el mejor momento del equipo el capitán se comió seis minutos en una pelea innecesaria. Marchesín, que era la figura, quedó expuesto como que en los penales se borró.
Pasó el mejor. Alianza Lima fue superior a Boca en los 180 minutos. Pipo Gorosito fue 10 veces que Fernando Gago desde lo espiritual, de lo táctico, de lo técnico y desde lo mediático. Le ganó de punta a punta.
La imagen de Gago durante los penales es la de un tipo que no tiene fuerzas para seguir, pese a que conferencia dijo lo contrario.
Esta historia continuará.

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