Las divisiones inferiores de River son una de las más destacadas del país y del continente, por lo que fue parte del Mundial de Clubes Sub-18 que se llevó a cabo en España. En cuartos de final de dicha competición se midieron ante Real Madrid y, lo que debía dejar buenos sucesos futbolísticos, quedó manchado por una acción desafortunada que se llevó las luces del evento.
El Millonario perdió 2-0 ante el conjunto merengue debido a los goles que convirtieron Mateo Garrido y Bryan Bugarín en el encuentro que se disputó en el Estadio Municipal de Montilla. Sin embargo, el foco no estuvo puesto en el resultado final sino en un hecho que manchó lo ocurrido sobre el campo de juego entre los importantes clubes de Sudamérica y Europa.
Lo cierto es que Gonzalo Pereyra pegó una tremenda patada y fue expulsado. Apenas iban 34 minutos del primer tiempo y con el partido empatado 0-0 cuando el juvenil de River estaba disputando un balón cerca del córner, es decir en la salida de Real Madrid, cuando se desarrolló el acto que generó escalofríos por la dureza del golpe sobre el rostro del joven futbolista español.
Si bien en la lucha por la pelota el argentino fue levantado por su contrincante, el jugador del Millonario actuó desmedidamente y cometió una infracción muy fuerte, donde impactó con su botín en la cara del rival, que quedó tendido sobre el césped. Inmediatamente se dio el reclamo efusivo y el árbitro no dudó en mostrarle la tarjeta roja, tras confirmarlo con el juez de línea.
Aunque el compromiso iba en buenos términos hasta este acontecimiento que marcó un antes y un después en el desarrollo, el hombre de River tuvo un instante de calentura en el que reaccionó de mala manera y realizó esta maniobra. Sin embargo, la cuestión no finalizó en la expulsión que sancionó el colegiado, sino que segundos más tarde hubo un nuevo episodio.
Luego de ser echado y mientras caminaba por el costado de la cancha para enfilar hacia los vestuarios, protagonizó un nuevo hecho. Es que cuando pasó por al lado de la tribuna, Pereyra realizó gestos desafiantes a los presentes en las gradas y volvió a levantar la temperatura del ambiente pocos minutos después de haber sido responsable de una desafortunada jugada.
En definitiva, Gonzalo primero se señaló el escudo de River y también lo besó, en señal de su cariño con la institución y la camiseta que viste. Más tarde realizó el típico gesto de cobardía hacia quien lo recibe y despertó la reacción de los hinchas que estaban observando el cotejo. Lo cierto es que este momento fue lo más destacado en la eliminación del Millonario ante Real Madrid.

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