El mundo del futbol y el boxeo cada vez demuestran tener más en común, y en esta ocasión el legendario púgil mexicano, Marco Antonio Barrera, reveló que conoció a un astro del balompié mundial, quien le confesó ser su gran fan, pues le agradaba mucho su forma de boxear ante estrellas como Erik “El Terrible” Morales y Naseem Hamed, quienes lo catapultaron para tener un lugar en la historia del pugilismo.
Y tal fue su impacto en el boxeo que su estilo retumbo hasta Inglaterra, donde unode los máximos astros en la historia del Manchester United de la Premier League, Wayne Rooney se rindió ante su talento y se dijo el fanático número uno del mexicano, así lo dio a conocer el propio ex boxeador, Barrera, quien habló sobre esa etapa en su carrera en el podcast Creativo de Roberto Martínez, donde no pudo ocultar su emoción.
Barrera confesó que todo surgió gracias a la amistad que tenía con el también peleador inglés, Ricky Hatton, quien a su vez era un gran amigo y fanático del ex capitán de la Selección de Inglaterra, y el cual era asiduo a asistir a los combates de su compatriota, así como las del tricolor, quien confesó que ya lo había visto en varias ocasiones, pero confesó que no sabía la gran estrella de futbol que era.
“Mi hijo vio una foto con Hatton y con Rooney. Me dice: ‘¿Conoces a Rooney?, ante lo que respondí ¿Quién es ese güey?'”. Después, tras ver una foto, Barrera lo reconoció. “¡Cómo no! El amigo de Hatton. Estuvo en todas mis peleas, le gusta el estilo mexicano, siempre va”, apuntó Marco Antonio, quien se dijo muy orgulloso por esta distinción por parte del futbolista británico quien al conocerlo ya era una gran figura de la Premier League.
La leyenda mexicana también habló de los momentos que disfrutaba Wayne cuando asistía a sus peleas, pues el Campeón del Mundo en tres categorías distintas reveló que sólo lo veía como un amigo más: “En Las Vegas era así: subía al ring conmigo, yo peleaba, ganaba y luego Hatton y Rooney se quedaban en un restaurant bar, yo cenaba y me iba. Y al siguiente día los encontraba: seguían cheleando. Yo no sabía quién era”.