Dicen que en el futbol nada está escrito, lo que es cierto si se toma en cuenta que cada juego abona nuevas anécdotas. Si bien no son muchos, existen algunos pasajes que han hecho peculiares los partidos entre México y Canadá. Existe un personaje que se volvió legendario en los duelos entre ambas selecciones, el guardameta Craig Forrest.
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La tarde infame de Craig Forrest en 1993
Canadá llegó al partido eliminatorio en Santa Úrsula con su arquero como gran figura porque jugaba en Inglaterra con Ipswich Town. Se decía incluso que era mejor que Jorge Campos. Pero en ese juego no salió con la buena suerte de su lado y se comió tres de los cuatro goles anotados por México. Sus fallas influyeron mucho en la derrota de su selección.
El gesto de Hugo con García Aspe
Dentro de ese mismo juego, se marcó un penalti a favor del Tri en el segundo tiempo. La afición coreó el nombre de Hugo Sánchez para pedir que él lo tirara, sin embargo ‘el Pentapichichi’ le cedió esa oportunidad a Alberto García Aspe, quien anteriormente había fallado un disparo así y quería sacarse esa espinita. La gente se quedó con ganas de ver a ‘Hugol’ anotando en el Azteca.
Otra vez los penaltis
En ese mismo año, mexicanos y canadienses volvieron a enfrentarse en el Estadio Azteca, pero en la Copa Oro. Aunque el juego pudo terminar con 15 goles a favor del Tri, el marcador final fue de 8-0. En algo poco habitual, Ramón Ramírez se encargó de tirar un penalti. Lo falló. Entonces algo quedó claro para la banca nacional: él no iba a volver a ejecutar un cobro desde el manchón. Esa responsabilidad iba a ser exclusiva de García Aspe.
La lesión del ‘Abuelo’ Cruz
Si el futbol es ingrato, Francisco Javier Cruz fue una de sus víctimas. Al mismo tiempo que puso en sus botines el balón para convertirlo en héroe con el gol que clasificó a México al Mundial de 1994, lo dejó fuera de la Copa del Mundo por la ruptura del ligamento cruzado de la pierna izquierda tras un choque de rodillas con el arquero Craig Forrest.
La dulce venganza de Forrest
Soñó a México durante una década, fue su peor pesadilla. La diosa fortuna quiso compensarle un poco de lo bastante que sufrió con el Tri en la Copa Oro del 2000. El portero era la leyenda viviente canadiense que comandó la sorpresiva victoria de su selección 2-1 contra los nuestros, a quienes mandó a casa en Cuartos de final. Por cierto, el gol mexicano fue de Ramón Ramírez, viejo conocido de Forrest (su dolor de cabeza en 1993).
