A fuerza de goles en Reserva, el nombre de Joaquín Panichelli se transformó en una noticia repetida en el 2022 por Núñez. El delantero cordobés, con 20 años por ese entonces, festejaba seguido con la camiseta de River y por eso Gallardo lo incluyó en algunas concentraciones con la Primera. Y cuando todos esperaban el salto definitivo al plantel profesional se dio una situación inesperada: el jugador no tenía contrato y las negociaciones no prosperaron. Alavés lo había tentado con dar el salto a Europa y eligió seguir por ese camino mientras en el Monumental despedían con emoción al Muñeco y le daban la bienvenida a Martín Demichelis.
“Esas cosas dejaba que las hablaran mis agentes con el club. Lo que sí nos habían trasladado era que al final nadie te puede asegurar tener un lugar en la Primera de River. Entonces, tomamos la decisión de venir a España porque creíamos que era lo más provechoso”, le cuenta a BOLAVIP el ahora goleador del Mirandés, el equipo sorpresa de la Segunda española en el que está a préstamo del Alavés, que sigue siendo el dueño de su pase.
Con 18 gritos en 34 partidos, tiene un promedio de gol similar al de Julián Alvarez en Atlético de Madrid (hizo 26 en 49 encuentros), fue elegido el mejor futbolista de marzo en Segunda y está a dos tantos del récord goleador del Mirandés en una temporada. “Estoy muy contento porque tengo los minutos que el año pasado no tenía. Eso me ayuda a ganar mucha experiencia”, comenta Panichelli, quien a los 22 años sigue viviendo en Vitoria (la ciudad del Alavés), a 20 minutos de Miranda de Ebro, donde se encuentra su actual club.
Gracias a su gran momento, fue elegido el mejor jugador de marzo en la Liga Hypermotion. (Foto: CD Mirandés).
-Habías sido el goleador de Reserva y decidiste irte de River para dar el salto a Europa. ¿Por qué?
-Yo había tenido una buena temporada en Reserva y siempre fui consciente de que en River era difícil que me subieran a Primera. Siempre lo tuve claro y nunca fue un reclamo mío para el club, para nada. Y cuando surgió la posibilidad de venir a Europa y de empezar a hacer el camino acá, decidí agarrarlo. Por suerte acá fueron saliendo las cosas, pero obviamente no son momentos lindos porque son negociaciones y hay que tomar decisiones. Siempre digo que en River me trataron increíble. Lo sigo, trato de ver los partidos cuando los horarios no son tan tarde acá. Cuando juega por Libertadores sí se me complica porque arranca a las 2 de la mañana.
-¿Pudiste hablar con Demichelis antes de decidirte? ¿Él te dijo que no te iba a tener en cuenta?
-No, no tuve una charla con Martín mano a mano, fue lo que nos trasladó el club en ese momento. Era justo la transición que se iba Gallardo y llegaba él, entonces era complicado porque uno tenía que tomar una decisión. Yo entendía perfectamente que no iba a tener un lugar asegurado, es algo que ni a los cracks se lo aseguran.
-Y previo a ese momento, ya siendo goleador en la Reserva, ¿los dirigentes no te habían ofrecido firmar un contrato?
-No. No hubo contactos en su momento, durante la temporada. Y ya terminado el torneo, cuando apareció esta posibilidad de Alavés, fue cuando el club intentó hacer llegar algo. Yo en ese momento lo que buscaba era lo futbolístico, lo deportivo, no lo económico. Tenía que evaluar entre la posibilidad de irme a España o quedarme en River donde no iba a tener un lugar en el primer equipo. En ese momento estaba Borja, estaba Lucas Beltrán… Entonces, prioricé venir a Europa y dar ese salto, a quedarme relegado en River o tal vez tener que salir cedido a otro club de Argentina.
En Núñez no pudieron torcer la decisión de Panichelli, quien había llegado al club de la mano de Piero Foglia -el mismo que acercó a Julián Alvarez-, a comienzos del 2020 justo unos meses antes de la pandemia. Ese hecho hizo que recién en octubre pudiera empezar a entrenarse. Tenía 17 años y había cruzado la vereda porque Boca lo quiso fichar, pero hubo problemas con los papeles. Jonathan La Rosa, el cuñado de Gallardo que lo dirigió en Cuarta y también después en Reserva, fue clave para la transformación del cordobés: “El me dio la confianza para jugar de 9 porque de chico era volante interno o enganche”.
-¿Cómo fue el momento en que Gallardo te citó para concentrar con la Primera?
-Siempre que hacíamos fútbol contra ellos, intentaba aprender y copiar cosas. Tuve la suerte de ser convocado contra Patronato por Copa Argentina, que perdimos por penales, y después contra Talleres, en el Monumental. Fue una experiencia que te queda guardada para siempre, siendo tan chico y poder vivir esas cosas desde adentro…
-¿Sentís que es una cuenta pendiente jugar en la Primera de River?
-Obviamente. River es uno de los clubes más grandes y en un futuro me gustaría tener un paso, poder vivir eso quizás ya siendo un jugador más formado, con más experiencia y rodaje. Hoy la realidad es que tengo la cabeza puesta acá en Europa, en consolidarme acá. No sé si una espinita, pero sí que me gustaría poder vivir todo eso ya con un poco más de protagonismo.
-¿Cuál fue el momento más difícil desde que llegaste a España?
-El bajón mayor fue la lesión (rotura de ligamento cruzado de la rodilla izquierda), pero yo digo que ése fue un punto de quiebre, donde yo me tomé esos meses para mejorar físicamente, cambiar un poco la mentalidad y transformarme en un jugador profesional. A mí me faltaba ese último pasito para adaptarme al fútbol europeo y la lesión me dio esos meses para poder lograrlo.
-¿Y la mayor alegría?
-Hubo varias. El día del ascenso a Primera con el Alavés, siendo parte, entrando en la final y ganando en la última jugada… Después, debutar en LaLiga contra el Barcelona, el primer gol como profesional contra el Málaga…
-¿Cuál fue el momento en que dijiste “no puedo creer que estoy acá”?
-Cuando me tocó jugar contra Barcelona o Atlético de Madrid… También entrar en el Bernabéu contra el Real Madrid. Son estadios y jugadores que uno los vio de chico y te sorprende medirte con ellos.
-¿Pudiste cambiar la camiseta en esos partidos?
-Contra Real Madrid cambié con Nacho, que era el capitán del Real Madrid. Fue uno de sus últimos partidos porque después se fue a Arabia y puede cambiar con él porque todas las otras ya estaban pedidas, ja.
-¿Cómo es tener a Rudiger marcándote encima?
-Son jugadores que uno ve desde chico por la tele y tenerlo ahí y medirse contra ellos es lo más lindo porque pensás que estás un pasito más cerca de estar en lugares un poquito mejores. Y te marcan la vara.
El cordobés, con la camiseta de Alavés en el Bernabéu, intentando robarle la pelota a Dani Ceballos. (Foto: Getty)
-Ascendiste, te lesionaste y volviste ya para el final de la temporada 23/24. ¿Cómo surge después la posibilidad de pasar al Mirandés?
-Pasaron muchas cosas desde que llegué a España. Arranqué en el equipo filial del Alavés, después pasé al primer equipo, conseguimos ascender a Primera y ahí tengo la lesión de rodilla. Me recupero, debuto contra el Barcelona y después era complicado sumar minutos. Me faltaba un poco de rodaje, de experiencia y acepté la sugerencia de salir. Así se presentó la posibilidad del Mirandés, que es un club que se caracteriza por sumar jugadores a préstamo para que vengan, se muestren, exploten y tengan la posibilidad de volver a sus clubes o ser vendidos.
-¿Tuviste algún contacto con Coudet o su cuerpo técnico, que hoy es el DT de Alavés? ¿Te están siguiendo?
-Sigo manteniendo el vínculo con jugadores y con gente del club, y estoy en contacto con el director deportivo. Acá yo estoy con Víctor Parada, que también es jugador de Alavés, y sabemos que nos siguen, que nos miran, y tenemos que hacer las cosas bien porque hay gente que confía en nosotros y uno quiere devolver esa confianza.
-Tenés más de un gol cada dos partidos, están peleando por el ascenso. ¿Te imaginabas que podía pasar esto?
-La verdad que nuestro principal objetivo este año era llegar a los 50 puntos, que es lo que te asegura la permanencia. Para el Mirandés es el objetivo de año tras año, mantenerse lo que sería el fútbol profesional, como se dice acá.
-Pero esa meta ya la superaron: tienen 59 puntos, están cuartos por lo cual hoy jugarían el playoff con Racing de Santander para definir el tercer ascenso. ¿Por qué creés que llegaron a estar ahí?
-Yo creo que este año se dio que estén todas las patas de la mesa alineadas al mismo tiempo. Tenemos a la gente, la afición, que siempre apoya. Con buenos o malos resultados, siempre está. Después el grupo que hay, a nivel humano me refiero, es excelente. Pareciera que somos como un grupo de amigos que se junta los fines semana a jugar y eso hace las cosas mucho más fáciles. Además, en cuanto a la calidad de los jugadores, no tengo dudas que muchos van a estar en niveles muy altos en el futuro. Y el cuerpo técnico es muy bueno, está en todos los detalles y no se conforma, sino que siempre da un pasito más. Así, siendo un club humilde o pequeño a priori, demostramos que les podemos competir a los más grandes, a los que más presupuesto tienen.
El festejo tocándose la cabeza ya es su marca registrada: nació como dedicatoria a un tío suyo. (Foto: Imago).
-¿Y ya tuviste alguna propuesta para la próxima temporada?
-Yo estoy muy enfocado en este final de temporada, estos últimos dos meses son los más importantes y los más jodidos porque uno llega quizás a nivel físico y mental un poco más cansado. Entonces toda la energía mía como que está puesta en eso. Sé que cuando termine mi etapa en el Mirandés voy a volver a Alavés y, bueno, ahí ya dependerá de lo que decida el club. Pero ahora estoy con la mente acá, queriendo lograr algo lindo.
Giuliano Simeone, un espejo donde mirarse
El día que Alavés consiguió volver a Primera en junio del 2023, el festejo no pudo ser completo para Panichelli porque en ese partido decisivo contra Levante sufrió la rotura de ligamento cruzado de su rodilla izquierda. Días después, Giuliano Simeone llegó a préstamo para sumarse al plantel y seguir sumando experiencia. Sin embargo, en un amistoso de pretemporada, al hijo del Cholo le fracturaron el peroné izquierdo y entonces lo primero que compartieron fueron largos días de recuperación. “Ahora está demostrando lo que nosotros ya sabíamos. Está para jugar en ese nivel, de Selección. Hace goles y para nosotros es un espejo de que si uno trabaja y es constante, puede llegar a esos lugares y rendir al máximo nivel”, afirma Panichelli sobre su viejo compañero de equipo.
Panichelli y Simeone fueron compañeros en la temporada 23/24 en el Alavés. (Foto: Prensa Alavés)
-¿Te mantenés en contacto?
-Intercambio un mensaje cada tanto. Hace poco, cuando lo convocaron a la Selección, justo me respondió. “Vos estás volando”, le dije. Te repito, para mí es un espejo.
-Le tenés que decir que le avise al Cholo que mire los partidos del Mirandés…
-Bueno, eso ya dependerá de él… pero sí, que le tire ahí un mensajito.
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