En el cierre de la fría jornada de viernes, Independiente recibió a Talleres en el estadio Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini, con el afán de obtener un triunfo que lo hiciera olvidar de la igualdad que tuvo en el debut del certamen. Y el encuentro fue bastante difícil para ambos, ya que ninguno quiso regalar nada.

Después de que los dirigentes del Rojo concretaran el arribo de su primer refuerzo, como es el caso de Iván Marcone, los hinchas se acercaron a las inmediaciones de Alsina y Bochini para una nueva presentación del equipo comandado por Eduardo Domínguez, que tuvo enfrente al siempre duro y difícil equipo de Pedro Caixinha.

Los primeros 45 minutos fueron, en gran parte, dominados por los locales. Incluso, pudieron abrir el marcador a partir de un remate de media distancia por parte de Lucas Romero, quien desató la locura en las tribunas. Si bien tuvieron la pelota, los jugadores del Rojo no fueron punzantes y no ampliaron la ventaja. Y los cordobeses estuvieron con la pólvora mojada: de 7 intentos que tuvieron en la primera mitad, solamente uno fue hacia el arco.

En el complemento, y a pesar de las variantes que realizaron Domínguez y Caixinha, ninguno de los dos equipos logró modificar el resultado en Avellaneda. Aunque las mayores situaciones de peligro estuvieron desde el lado de la visita.

A partir de este triunfo por 1-0, que estuvo acompañado de momentos de buen fútbol, la ilusión de los hinchas de Independiente quedó a flor de piel, ya que quedaron en la cima de la tabla junto a los clubes de la ciudad de La Plata: Estudiantes y Gimnasia.