“Era obvio que iba a terminar así”. Quiénes estuvieron cerca de él intentaron enderezar ese rumbo que en algún momento se torció pero les resultó casi imposible cambiar ese destino que parecía -y fue- inevitable. Su primera aparición en los grandes medios de comunicación no fue por sus cualidades futbolísticas: fue porque en el 2014 lo sobreseyeron en una causa que investigaba el asesinato de un hombre el año anterior. El juvenil de San Lorenzo tenía 17 años.
Lautaro Iván Carrachino terminó preso algunos años más tarde de aquel primer suceso y por otra causa, aunque similar. Y condenado a prisión perpetua por el delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el uso de arma de fuego”. El hecho por el que fue juzgado y luego declarado culpable ocurrió el 27 de enero de 2020; lo encontraron luego de estar prófugo 10 meses, el 22 de octubre de ese mismo año en las inmediaciones de las calles Crovara y Cristianía de Ciudad Evita.

Dicen en San Lorenzo que pintaba para crack. Foto X.
La pena de prisión perpetua fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza el 20 de septiembre del 2023. “En virtud de lo informado por la Sala IV del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires en cuanto ha concluido el trámite recursivo ante dicho organismo, la sentencia condenatoria dictada por éste Tribunal el día 20 de septiembre de 2023 en relación al imputado Lautaro Ivan Carrachino se encuentra firme“, le confirmaron a BOLAVIP.
Lo que resta entonces es practicar el correspondiente cómputo de pena. Es decir, de los 35 años -mínimos- que implica el cumplimiento efectivo (y desde el momento que puede pedir la libertad condicional), se debe cuantificar el tiempo ya estuvo detenido. Taro está alojado dentro del Servicio Penitenciario Bonaerense, aunque no se especificó donde por cuestiones de privacidad y seguridad.
El pibe que pintaba crack
Nacido en Ciudad Evita, en un contexto por demás vulnerable, Lautaro llegó al club en el 2006, siendo todavía categoría Infantil. Cuando comenzó a jugar en las Juveniles, los entrenadores rápidamente pusieron sus ojos sobre él. Estando en Séptima, Fernando Kuyumchoglu lo citó por primera vez para jugar en la Reserva de San Lorenzo, ante Rafaela, allá por el 2013.
La comparación con Tevez no tardó en llegar: nacido en barrio humilde, luchador, delantero con potencia, enseguida lo catalogaron como el nuevo Carlitos. Si hasta dicen que se le acercó Adrián Ruocco, amigo personal y representante de Tevez desde siempre, entre otros, para sumarlo a su cartera de jugadores. La comparación se esfumó rápidamente.
Pedro Sallaberry, su entrenador en la categoría, lo definió así: “Muy técnico. Ocupa bien los espacios y es un goleador nato. Donde le quede la pelota en el área, es prácticamente gol. Lo siente así. Actualmente, está potenciando el cabezazo, cuenta mucha entrega y actitud positiva para el equipo. Está pasando por un buen momento. En general, juega muy bien y como persona, es un pibe bárbaro”.
“Mi sueño es ser jugador de la Primera de San Lorenzo y si algún día se me dade poder llegar, jugar en la Selección Argentina”, dijo en la misma entrevista publicada en el portal oficial del Ciclón. Había metido 41 goles en 62 partidos y en el club ya miraban con mucho entusiasmo al futuro crack.
Cuando apenas era un adolescente, la Policía lo fue a buscar a un entrenamiento acusándolo de robo y homicidio, él se escapó de la práctica y, aunque terminó sobreseído tiempo después, cuando volvió estaba desmejorado. Esa fue la primera señal de alarma que hubo en el club.
Esa fue la primera causa en la que se vio involucrado: lo acusaban de haber participado en una riña con otro adolescente quien luego falleció, cerca de los monoblocks de Ciudad Evita. Como el hecho había ocurrido tiempo antes, cuando él todavía tenía 14 años, por la causa de robo el fiscal de menores Gustavo Pons lo declaró inimputable. Y lograron probar que, si bien se lo mencionaba en la pelea de bandas en Villegas, no había participado del homicidio.
“El club se encuentra a disposición del jugador y de su familia, a fin de brindarles la contención necesaria frente al episodio. Se le dará toda la asistencia legal que el juvenil requiera”, comunicaron en San Lorenzo aquella vez. Carrachino ya estaba en Sexta, había cumplido 17 años e ilusionaba a todos con sus goles.
“Había tenido un problema cuando jugaba en la Séptima. Fue a la salida de un baile. El padre vino, lo sacó de la concentración durante dos días, se lo llevó a la casa, pero quedó al margen y parece que no tuvo nada que ver. En cambio, ahora es culpable y me mató“, contó Salaberry, en una entrevista con Infobae.
“Terrible delantero. En la categoría 97 hizo 30 goles y salimos campeones. Me sorprendió su detención y no lo puedo creer todavía. No caigo. Con nosotros era un pibe extraordinario. Venía, entrenaba, comía en el club y luego se iba a la casa. Al otro día, lo mismo. Si como entrenador le pedía que se tirara de cabeza, lo hacía. Fue un buen compañero. Yo no lo puedo creer”, agregó.

Luego de firmar su primer contrato, con Bernardo Romeo. Foto San Lorenzo.
¿Su familia? “Muy humilde y laburadora. Lo acompañaban a todos lados. Lo esperaban a la salida de los partidos. Se veía que lo apreciaban mucho”.
El 7 de mayo de 2016, San Lorenzo decidió hacerle su primer contrato profesional a Carrachino. El cuerpo técnico del Patón Bauza había quedado maravillado con la potencia goleadora y para evitar que se lo lleven, rubricó su primera firma y se convirtió en un futuro mucho más cercano.
Además, contaba con apoyo psicológico del club, con la cercanía de sus entrenadores y su familia. Y le alquilaron un departamento para alejarlo de las compañías que lo llevaban por un camino alejado al fútbol.
“Después de tanto buscarlo, se dio un sueño que tanto quería. Es un paso muy importante que me pone muy contento porque ya pertenezco al club, soy un jugador profesional. Ahora voy a meterle con todo. Llegué con 9 años al club, por lo que viví desde infantiles, hasta hoy que tengo edad de Cuarta y me toca subir a Reserva”, contó en la entrevista que le hizo la web del club en aquel momento. El contrato estaba vigente hasta junio del 2020.
Y, significativamente, agregó: “San Lorenzo significa todo para mí. No solo por lo grande que es como club, sino por todo lo que me ayudó desde chico. Tuve muchos problemas y acá me abrieron las puertas siempre, por eso para mí esta institución es lo más grande que hay. No me voy a olvidar nunca de todas las personas que me fueron formando a lo largo de mi carrera en el Club. Me ayudaron a cambiar mucho en mi vida, me recibieron y me ayudaron día a día. Gracias a ellos y a mi familia pude terminar la escuela y soy la persona que soy”.
Su capacidad goleadora se fue apagando (salidas nocturnas y demás cuestiones no ayudaron tampoco) y el 10 de agosto de 2018 firmó su préstamo con Almagro, para jugar en la B Nacional. Primero jugó en Reserva para foguerase. Y luego tuvo un puñado de partidos en Primera, el último en el que tuvo minutos fue en abril del 2019. Apenas 49 minutos en total. Vencido el préstamo, se quedó sin club y decidió dejar el fútbol. Y comenzó la etapa más trágica.
De jugador a estar preso
Nunca se había despegado del todo de su viejo barrio, de aquellos con los que se había relacionado años antes y que lo tuvieron al borde de quedar preso cuando era un adolescente. Con la mayoría de edad y ya sin equipo, fue parte de una banda de narcomenudeo que lo llevó a la cárcel. “La banda del 15”, se hacían llamar.

Llegó a Almagro en el 2018. Foto Almagro.
Allí en los monoblocks del barrio Villegas de Ciudad Evita fue que ocurrió el hecho por el que fue detenido: durante un intento de usurpación de un departamento con el objetivo de instalar un búnker de venta de drogas, según informaron en su momento fuentes judiciales. Carrachino y Cristian Daniel «Chucky» Cruz fueron considerados coautores del delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por el uso de arma de fuego en perjuicio de Rubén Oscar López (46).
El hecho ocurrió el durante la madrugada del 27 de enero 2020: apenas siete meses después de haber colgado los botines. Según el fiscal del caso, ambos acusados rompieron la puerta del domicilio a patadas y diciendo: “Si no se van en dos o tres horas, volvemos y los matamos a todos”. El representante del Ministerio Público afirmó que desde el 18 de diciembre del 2019, Carrachino tenía una causa por el delito de “portación ilegal de arma de fuego” y pidió declararlo reincidente.

Posando con Marcelo Tinelli. Foto X.
En la causa figura que luego de sustraer varias pertenencias de quienes vivían en el domicilio que intentaron usurpar, regresaron horas más tarde con otras personas y asesinaron a López de un tiro el la cabeza. Carrachino fue identificado por testigos, aunque declaró ser inocente y dijo que todo se trató de un error, hasta presentó una coartada: aseguró haber estado en Sierra de los Padres en el momento del hecho.
Después de 10 meses prófugo, la Policía dio con él, lo llevaron a juicio y fue declarado culpable hace dos años. La condena: prisión perpetua. Hoy, la misma está firme. Y en cumplimiento efectivo. Sus años de fútbol y goles quedaron en el pasado.







