Entre fines de los 80 y durante toda la década del 90, el tenis femenino tuvo extraordinarias referentes. Probablemente las más populares sean Steffi Graf, Martina Hingis, Marina Navratilova -que venía desde antes- y Lindsay Davenport, pero no se puede obviar la figura de Monica Seles, una de las jugadoras más destacadas del circuito, con una historia de vida impresionante.
Monica Seles y un estilo que no pasó desapercibido
Nació en Yugoslavia -en el actual territorio de Serbia- y a los 13 años emigró a Estados Unidos para terminar su formación en tenis. Se inició en el profesionalismo y de inmediato llamó la atención, no solamente por lo buena que era a su edad sino por su exótico estilo: siendo zurda tenía tanto el drive como el revés a dos manos. Si bien intentaron corregirlo, finalmente Monica continuó jugando así y tuvo un éxito impresionante.

Seles y su particular estilo. (Foto: Getty).
Inicio soñado en el circuito
Seles se inició en el profesionalismo en 1989 y ese mismo año consiguió su primer título en individuales. Su fortaleza física, su mentalidad arrolladora y su tenis la pusieron en el centro de la escena rápidamente y no tardó prácticamente nada en conseguir su primer título de Grand Slam: Roland Garros en 1990, a sus 16 años. En 1991 obtendría por primera vez el Abierto de Australia, repetiría en París y conseguiría el US Open, consolidándose como la mejor jugadora del momento y alcanzando el puesto número 1 en el ranking de la WTA.

Monica Seles luego de ganar el US Open en 1991. (Foto: Getty).
En 1992 se mantendría en lo más alto y revalidaría los títulos conseguidos en Australia, Roland Garros y el US Open, aunque también sumaría una final en Wimbledon, en único Grand Slam que no podría conquistar. Con apenas 18 años, Monica Seles ya contaba con ocho Majors y todo indicaba que sería la mejor jugadora de todos los tiempos, siempre y cuando su físico la acompañe, pero en 1993 su vida cambió para siempre.

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Atentado en Alemania
El 30 de abril de 1993, Monica Seles se encontraba jugando el torneo de Hamburgo cuando un hombre -que posteriormente sería reconocido como Günter Parche- saltó a la cancha y apuñaló por la espalda a Seles, dejándole heridas importantes. El agresor confesaría más tarde que lo hizo con la intención de volver a ver a Steffi Graf nuevamente en el puesto número 1 del ranking. Tras sufrir este atentado, Seles estuvo dos años fuera del circuito.
Vuelta a las canchas, más títulos, secuelas psicológicas y retiro
En 1995, Monica Seles regresó a las canchas, pero la agresión le había dejado secuelas psicológicas que no fueron sencillas de superar, además de algunos problemas físicos. Inclusive, la inactividad le produjo un cambio en su juego, ya no era la misma. Así y todo, Monica Seles demostró tener un espíritu competitivo sin igual y siguió ganando títulos, entre ellos el Abierto de Australia de 1996, que dejó la cuenta nada más y nada menos que en nueve majors. Por otro lado, en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 fue medalla de bronce. Seles puso punto final a su carrera de manera oficial en el año 2008 habiendo ganado 53 títulos en individuales y 6 en dobles.

Monica Seles tras ganar el Abierto de Australia de 1996. (Foto: Gtty).
Monica Seles reveló que sufre una enfermedad neuromuscular
En diálogo con AFM Téléthon, Monica Seles, de 51 años afirmó: “He enfrentado una dura competencia a lo largo de los años y ahora me enfrento a una nueva oponente: la miastenia gravis. Y como en todas mis batallas en la cancha de tenis, no me rendiré. Estaba jugando con niños y mi familia y no le daba a la pelota. Veía dos pelotas. Son síntomas que no deben ignorarse. Es una debilidad muscular que mejora en reposo. Me costó mucho aceptarlo y hablar de ello abiertamente, porque es muy difícil. Afecta mucho mi vida diaria”.

Monica Seles en 2025. (Foto: Getty).

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