En el fútbol argentino suele ser frecuente que aquellos jugadores que tienen la dicha de vestir la camiseta de los equipo denominados “grandes” sean leales a dicho club desde la cuna. Aunque siempre hay excepciones a la regla. El caso más reciente en validar dicha teoría fue nada menos que Pablo Mouche, surgido e identificado durante su carrera con Boca, pero con raíces sembradas en la vereda de enfrente.
“A partir de los 12, 13 años me hice hincha de Boca. Antes era hincha de River“, confesó sin rodeos el ex delantero en una entrevista con el programa de streaming Cambio de Frente. La declaración no tardó en tomar repercusión al tratarsede un hombre que vistió la camiseta azul y oro en más de 100 partidos, alzó tres títulos (Apertura 2008, Apertura 2011 y Copa Argentina 2012) y llegó a ser subcampeón de América en 2012.
Mouche, no obstante, dejó en claro que el origen de su simpatía por el Millonario se debe a una razón familiar y afectiva. “De muy chico era hincha de River por mi padrino de parte de mi mamá“, explicó. Pero terminó siendo un golpe personal aquello que lo hizo mudar trasladar su fanatismo de Núñez a La Boca.
“Mi padrino después desapareció, se fue a vivir a Estados Unidos y eso fue duro. Era un tipo que veía seguido“, rememoró el ex atacante de otros clubes como Banfield, Lanús y San Lorenzo.

Pablo Mouche durante su paso por Boca.
Fue en ese momento de vulnerabilidad cuando su padre, “fanático de Boca”, vio la oportunidad de torcer la pasión de su hijo. “Mi viejo aprovechó el momento y dijo ‘ahora vas a ser de Boca’ y a los 12, 13 años me hizo de Boca en 2002/2003“, concluyó Mouche, demostrando que aquellos gritos y trofeos que celebró durante su estadía en el club (2008-2012) lo hizo como un hincha más.
La crítica por la final de Libertadores 2012
Más allá de la revelación sobre sus inicios, Mouche también trató uno de los episodios más dolorosos de la historia moderna de Boca: la final de la Copa Libertadores 2012 perdida ante Corinthians en Brasil. Y lejos de escudarse en el quiebre que sufrió la relación entre Juan Román Riquelme y Julio César Falcioni, el delantero fue categórico. “Jugamos muy mal“, admitió.
Y agregó: “Meter de excusa que vos perdiste un partido por una situación externa, como la que pasaba con la relación entre Riquelme y Falcioni o Angelici, no me gusta. No me gusta entrar en esa“. Sin embargo, terminó señalando que sí hubo un factor externo que no le cayó bien. “Lo que molestó fue que la noticia o el rumor [sobre la salida de Riquelme] se empezó a saber desde la noche anterior“, cerró.

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