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Entrevista Exclusiva

Pasó de vivir en la tribuna del estadio a ser ídolo en Inglaterra y enfrentar al Chelsea y Manchester United: “Cumplí el sueño del pibe”

Sergio Torres tuvo una carrera de película, que llevó a un documental y un libro. De compartir casa con 6 cameruneses a lograr dos ascensos y jugar en los estadios más importantes de Inglaterra, en exclusiva en Bolavip.

Sergio Torres disputa el balón con Wayne Rooney.
© ArchivoSergio Torres disputa el balón con Wayne Rooney.

Históricamente, Argentina fue un país exportador de futbolistas al exterior. En algunos casos se dio por transferencias importantes, mientras que en otros simplemente porque los jugadores deciden emigrar y probar suerte en diferentes ligas. 

Sergio Torres es uno de los que integra el segundo lote. A los 22 años decidió abandonar su Mar del Plata natal para jugar en Puerto Madryn y a los dos meses agarró el bolso para irse a Inglaterra, donde tuvo una prueba en Brighton, que se encontraba en la tercera división, gracias a un video que grabó en un cassette. 

En diálogo con Bolavip, el ex mediocampista hizo un extenso repaso sobre su trayectoria, en la que logró ascensos y llegó a jugar en segunda división. Además, se enfrentó al Chelsea y Manchester United, e hizo un libro sobre su carrera junto a un periodista argentino. En el medio, para cumplir su sueño, el ‘Paisa’ la tuvo que remar como pocos, a tal punto que compartió cama de dos plazas con un jugador camerunés durante dos meses.

Sus primeros años en el fútbol

-¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol?

-Empecé a jugar en Quilmes de Mar del Plata a los 6 años y jugué ahí hasta los 22. En el medio jugué el Argentino B con Banfield de Mar del Plata. Ahí hice el video que los representantes enviaron a Inglaterra.

-¿Hiciste pruebas en otros equipos argentinos?

-Mi idea era ser profesional. Cuando tenía 17 años me fui a probar primero a Chacarita, que estaba en Primera. Estuve dos semanas y me sentí súper bien en la pensión, pero nos dijeron que no al final. A los pocos meses me fui a Vélez, estuve 10 días en la pensión, me dijeron que estaba bien y que no era mejor que lo que tenían. En Argentina es difícil y destacarse en un par de entrenamientos es difícil. Por eso decidí irme, porque si no estás en primera o segunda no podes vivir el fútbol.

Sergio Torres en su paso por Quilmes de Mar del Plata. (Archivo personal).

Sergio Torres en su paso por Quilmes de Mar del Plata. (Archivo personal).

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-¿Cuánto tiempo te llevó tomar la decisión de irte?

-Mi papá tenía una fábrica de ladrillos en Mar del Plata y yo laburaba todos los veranos ahí. Cuando terminé el secundario, empecé a estudiar Educación Física y entrenaba por la tarde. En el tercer año de la carrera jugué para Banfield, y me llamaron de Deportivo Madryn, donde estuve dos meses. Dejé el estudio y me fui para allá porque querían progresar e ingresar al Argentino B. Me fui y a los dos meses me llamaron para la prueba en Inglaterra, saqué el pasaje y dije que era ahora o nunca porque a esa edad era difícil que te vean en otro lado. 

-¿Armaste vos el video para conseguir pruebas?

-Lo hice yo, me comí muchos partidos que jugamos con Banfield porque los filmaban e iban a un canal de televisión. Corté segundo por segundo mis jugadas y en un lugar me hicieron un cassette de 8 minutos con mis mejores jugadas. Así fue como di con Alejandro Giuntini, que era representante, me vio, y me ayudó con el tema de enviar mi video a Europa. Ellos se lo mandaron a un chico argentino en Inglaterra y él se lo envió a un representante camerunés que me consiguió la prueba. Yo quería ir a España o Italia por el idioma, pero Alejandro me dijo que me iba a ir mejor en el fútbol inglés. Me llamaron a las pocas semanas a la prueba de dos semanas en Brighton. 

Las pruebas en Inglaterra y el primer club de lo fichó

A pesar de haber llegado a Deportivo Madryn, Torres tuvo la oportunidad de irse a Inglaterra para probarse en el Brighton mientras vivía en la casa de un representante camerunés. Al no quedar, hizo nuevas pruebas en equipos del ascenso hasta que firmó contrato en el Basingstoke Town.

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Sergio Torres en su llegada a Inglaterra. (Archivo personal).

Sergio Torres en su llegada a Inglaterra. (Archivo personal).

-¿Tenías algo de dinero ahorrado para irte a Inglaterra?

-Me compré los pasajes y tenía la plata ahorrada por los trabajos de verano en la fábrica más lo que gané en Banfield en el Argentino B. En ese momento fue la hecatombe del 2001, me pagaban en patacones y me fui con 300 dólares de ahorro para dos semanas. Llegué a Inglaterra y me enteré que una libra era dos dólares, ja. Tenía la plata ahorrada porque sabía que cuando tuviera la oportunidad me iba a ir.

-¿Dónde paraste esas dos semanas?

-Me fui solo, bajé del avión y en el aeropuerto me esperó el representante camerunés, que sabía el nombre pero no tenía idea cómo era. Hablaba francés e inglés y yo argentino medio del campo, ja. Odiaba inglés en la secundaria, me preguntaba para qué iba a estudiar inglés si no iba a ir a Inglaterra. Me llevó en su coche a su casa, que estaba a una hora. Pensé que iba a Londres, pero caí en noviembre, con mucho frío, a un barrio de las afueras. Yo venía de la primavera y fue un golpe duro. Me llevó a la casa en el sur de la ciudad, donde hay zonas bastante picantes y no estaba al tanto. El representante argentino me esperó en la casa, me hizo un poco de traductor y me guió. Cuando él se fue, había más gente en la casa y no sabía que estaban, eran como 6 o 7 en una casa de tres habitaciones. Esa noche me acosté después de todo el viaje y a la hora me despertó un camerunés porque era su cama, que era de dos plazas y me dijo que teníamos que compartir. Miraba por la ventana y decía qué carajo estoy haciendo acá, lejos de todos y me preguntaba si realmente era necesario porque allá tenía todo. Fue un sacrificio duro, pero fue una experiencia que me ayudó a tener mi personalidad más fuerte.

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-Me imagino que no pegaste un ojo en toda la noche…

-No pegué un ojo, estaba mirando la ventana y me pasaban mil cosas por la cabeza, encima el compañero roncaba como loco. Decía qué estoy haciendo acá, pero después me acostumbré a los ronquidos. Dos meses viví ahí y le hacía un click a la cabeza para dormir, ja. 

-¿Cómo fueron las dos semanas de prueba en Brighton?

-En mi cabeza, medio ignorante, dije que como anduve bien en el Argentino B, que era la cuarta división de Argentina, me iba a ir bien. Fue un golpe de realidad porque el entrenamiento era súper profesional, encima no me podía comunicar. Algunos jugadores trataban de hablarle pero no entendía nada, en los entrenamientos estaba siempre atrás porque no le entendía nada al DT, fue duro. Me identifiqué con la película “Gol” porque me pasaba lo mismo, era el único argentino en el plantel y era un sapo de otro pozo. No me pasaban casi nunca la pelota y cuando la tenían me venían entre dos o tres. No estaba bien en lo físico, el DT me dijo que técnicamente era bueno, pero físicamente me faltaba mucho y tenía que cambiar. Me costó en el momento, pero me estaba diciendo la verdad y tenía razón. Tenía el pasaje para volver a las tres semanas, mi mamá estaba contenta porque volvía, pero ahí lo llamé para decirles que me quedaba acá porque me gustaba lo que vi. Estiré el pasaje, le pedí plata a mi papá, que me mandó 200 o 300 dólares para que me quedé y seguí intentando. Terminé discutiendo con los cameruneses, no me bancó mucho más, me quedé en su casa, entrené solo por las mañanas en el patio de un colegio porque me prometió que me iba a conseguir otro equipo y no lo hizo.

-¿Dónde te fuiste tras irte de la casa del representante?

-Mi mamá se encontró en Mar del Plata con la mamá de otro chico que estaba en Inglaterra, perdí el rastro de él y ahí me pasó su número, lo llamé porque estaba en Londres con un representante y me salvaron porque me fui con ellos. Me fui al centro de Londres que era impresionante y conseguimos un equipo de octava división, que era semiamateur. Fuimos a prueba, quedamos y jugué dos meses pero no nos podían pagar, entonces el DT contactó a un técnico de sexta y nos recomendó. Nos fuimos y ahí fue mi primer equipo donde me quedé y estuve casi dos años ahí.

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-¿Durante esos dos meses trabajaste además de entrenar?

-Ahí me ayudó mi viejo económicamente y el representante argentino, que me hice súper amigo de él. Ahí firmé en ese equipo de sexta, que faltaban tres meses para el fin de la temporada y ahí conseguimos laburo. No teníamos donde quedarnos y un hincha nos llevó a Cristian y a mí a su casa, donde vivía con su mujer que recién se había casado y ella no estaba muy contenta. Él es fanático del club, que es a una hora de Londres, y fue así como terminamos en su casa porque no podíamos pagar nada. Nos llevaron a una agencia de trabajo y empezamos con Cristian, mi amigo argentino, a trabajar en una distribuidora. Ahí me puse las pilas con el idioma porque era fundamental para comunicarnos. Laburamos de 6 a 12, hacíamos viajes de 25 minutos en bicicleta y entrenábamos por la noche, de 18 a 20. En el ascenso inglés se entrenaba dos veces por semana y había partidos en la semana porque eran 46 partidos. El laburo era buenísimo, el jefe era fanático del club y nos daba todos los permisos. El segundo mes de trabajo, donde había más de 100 personas, gané el premio al empleado del mes, mi papá estaba más orgulloso por eso que porque jugaba al fútbol. A los meses no teníamos donde vivir de nuevo y el club nos ofreció vivir debajo de unas tribunas.

-¿Cómo fue esa experiencia de vivir en el estadio?

-Vivimos debajo de una tribuna había un lugar en el que se juntaban los directivos de los clubes cuando jugábamos de local. Teníamos los colchones ahí y los días de partido escondíamos todo, pero lo bueno es que teníamos el entrenamiento a 30 segundos. Estuvimos cuatro meses ahí, hasta que firmamos un contrato por más dinero y alquilamos una habitación en otra casa con un chico sudafricano. Pasamos por todos lados, ja.

El salto al profesionalismo

Luego de buenas temporadas en su primer club, Torres tuvo la posibilidad de saltar al profesionalismo gracias a que lo vieron jugar desde Wycombe Wanderers de la cuarta división. Este club lo invitó a realizar una prueba, quedó e inició su camino en las categorías más altas de Inglaterra, en las que llegó a jugar en segunda división y a competir en FA Cup. 

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Sergio Torres con la camiseta del Wycombe Wanderers. (Archivo personal).

Sergio Torres con la camiseta del Wycombe Wanderers. (Archivo personal).

-¿Cómo se dio tu paso a Wycombe Wanderers?

-Tuvimos una buena temporada, quedamos afuera de los playoff y en la pretemporada jugamos un amistoso contra ellos, que eran un equipo de cuarta. Ahí los veía y era todo mucho más profesional y me dio un gran incentivo grande. Perdimos 7 a 2, pero el técnico ya me tenía fichado del año anterior, jugué bien y me invitó a ir a una prueba. Ya tenía club, pero iba a prueba. El supervisor del laburo me dejaba ir dos veces por semana y estuve un mes así hasta que me firmaron y con 24 años cumplí mi sueño de firmar un contrato profesional. Me pagaban lo mismo que en el otro club, lo hablé y ahí me lo tuve que ganar. Viví un año con una familia, que el club les pagaba a ellos para que me den una habitación y me den de comer.

-¿Qué te dejó el paso por Wycombe?

-El primer año perdimos en playoff para ascender a tercera, me fue bien y tuve varias lesiones porque no estaba acostumbrado a entrenar todos los días. Pasé de laburar a entrenar todos los días y me costó. En la segunda temporada llegamos a la semifinal de la Carling Cup, que la juegan las cuatro ligas profesionales, y jugamos contra el Chelsea. Le ganamos al Charlton y al Fulham en el camino, fue una locura. Jugué media hora en Stamford Bridge y cuando entré no podía creer que estaba ahí, rodeado de figuras como Drogba, Ballack, Makelele y Cech. Perdimos 4 a 0, no importó el resultado porque fue una experiencia increíble. Estaba mi familia, le dije a mi papá que había conseguido mi sueño y me dijo que esto recién empezaba. Fue buenísimo el paso, en la tercera temporada me compró un equipo de tercera temporada.

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-¿Cambiaste camiseta con algún jugador del Chelsea?

-De local cambié con Makelele, que me habló en español y me pidió la camiseta. Le dije que no, para qué la quería y me dijo que sí, que la quería. Hay un video en el que se ve cómo se va con mi camiseta. En la revancha, entré y estaba al lado de Ballack, se la pedí, me miró de reojo y ni me miró, muy soberbio. Así que se la pedí a Mikel, el nigeriano, y me la cambió, tengo esos dos tesoros. Estaba Mourinho de DT, un fenómeno, nos vino a saludar y felicitar al vestuario. 

-¿Cómo se dio el paso al Peterborough? 

-Estaba en la tercera y el DT era el hijo de Alex Ferguson. Llegué con una lesión porque me operaron por un sobrehueso en el tobillo. Antes de firmar, para ver si estaba bien, el día de mi cumpleaños me habló el técnico y me avisó que me llevaban al campo de entrenamiento del Manchester United para que me vea el fisio. Me llevaron en tren, estuve sentado en el predio y entraron todos los jugadores del plantel como Rooney, Giggs, Ferdinand o Scholes. Vino Ferguson, se acercó, me dio la mano y se puso a charlar porque el fisio estaba demorado. Me dieron de comer, me vio el fisio y estaba todo bien, así que terminé firmando. 

-Pudiste jugar un amistoso contra ellos…

-En pretemporada jugamos en cancha nuestra y ahí yo fanático de Boca estuve con Tevez. En el túnel no me salían las palabras, lo saludé, le dije que era argentino y fue súper macanudo, tengo una foto en la que me encaró y lo trataba de marcar, no lo podía creer. Me quedó un sabor amargo porque nos quedamos charlando, me firmó autógrafos y me pidió la dirección para darme la camiseta. Le di mi teléfono, le mandé un mensaje y me dijo que me iba a mandar la camiseta. Pasaron unas semanas y la camiseta nunca llegó, lo traté de llamar pero no quise ser pesado. Es un fenómeno como persona y me quedo con eso porque fue mi héroe en Argentina. 

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Sergio Torres en el amistoso ante Manchester United. (Archivo personal).

Sergio Torres en el amistoso ante Manchester United. (Archivo personal).

-¿Tuviste complicaciones con técnicos en el club?

-Fue agridulce porque jugué 5 partidos de titular y me lesioné la rodilla. Cuando me recuperé me empezó a poner poco, no me llevaba a los partidos, no me hablaba ni me saludaba y esas cosas me afectaron mucho la cabeza, cosa que nunca me había pasado. Encima el equipo andaba re bien, terminé jugando, ascendimos a segunda, así que fue agridulce porque ascendimos pero quería jugar más. En la pretemporada le metí con todo, el DT me dijo que me iba a dar la posibilidad, jugué bien y en el primer partido de la temporada no fui ni al banco. Entrenaba pero me dejó de lado y ahí me fui a préstamo a cuarta, donde estuve tres meses y me lesioné el tobillo. Volví al equipo, cambió de técnico porque estábamos últimos y terminé jugando en segunda, que fue donde mejor me sentí. Jugué 15 partidos, es irónico, pero fue donde mejor me sentí porque no es tanto creer y meter. Jugamos contra el Nottingham Forest y Newcastle, que ascendió con Jonas Gutierrez y Coloccini, dos fenómenos, charlamos y me dieron sus camisetas. Fue una linda experiencia pero descendimos. Vino otro técnico que ni me vio entrenar y me dijo que no iba a jugar con él porque no era de su estilo de juego. Me terminé yendo a otro equipo. 

-¿Lo pasaste mal en ese momento?

-Tuve que ver a un psicólogo, la estaba pasando mal, estaba conociendo a mi actual mujer y ella me ayudó un montón, se vino a vivir desde Alemania, porque la conocí en un viaje de pretemporada en Dortmund, donde ella trabajaba en el hotel y meses después la contacté por mail y nos empezamos a ver. Ella me ayudó mucho cuando estaba muy mal de la cabeza. Estuve bastante cerca de volverme a Argentina porque la cabeza iba para todos lados y es horrible, no dormía por la noche, no quería ir a entrenar porque sentía que me pesaba todo, tenía miedo de cometer un error. Todos lo veían desde afuera, les contaba por la mitad y me decían cómo te puede pasar esto si haces lo que te gusta. Estuve cerca de volver, pero mi mujer y mi familia me ayudaron porque luché mucho y me recomendaron que vaya a otro club, que fue lo mejor que hice. El psicólogo me ayudó a ver las cosas distintas y por suerte me fui a un equipo de quinta.

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-¿Cómo tomaste pasar de segunda a quinta división?

-Fue un golpe duro psicológicamente también, venía de ahí abajo y estar en segunda y en tercera, ver lo que era estar con los más grandes y bajar otra vez a correr, pegar, meter, a un juego más físico fue duro. Mirándolo fue la mejor decisión que tomé porque jugué todos los partidos y es lo que quería. Me fui al Crawley Town, que armó un equipazo, invirtieron y por primera vez ascendimos a cuarta, quedamos primeros, perdimos tres partidos de 46 y en la FA Cup hicimos historia al llegar a quinta ronda y jugar contra el Manchester United. 

-Hiciste un gol histórico en la FA Cup…

-Fue el mejor sentimiento que tuve en una cancha. Jugábamos contra Derby Country, éramos el equipo chico, de quinta y fue increíble. Llovía, había viento, mucha tormenta, y en la última hice el gol, que si lo ves decís ¿cómo hizo el gol este? El que pateó el corner le pegó mal, vino picando fuera del área, me vino por el suelo y la enganché de primera diciendo que sea lo que Dios quiera. Minuto 92, fue una locura total y ahí empecé a salir en los diarios y a conocerse mi historia. En la otra ronda eliminamos a un equipo de cuarta y en octavos de final jugamos con el Manchester United, cuando salió el sorteo fue una locura porque íbamos a jugar en Old Trafford. 

-¿Cómo vivieron esa experiencia?

-Pasaron tres semanas entre un partido y otro, mientras peleábamos el campeonato en la quinta. El DT nos dijo que el que se cuidaba no iba a jugar. En el último partido me puso de suplente, me hizo entrar 15 minutos y por suerte contra el United vi que era titular, me llamó aparte y vino mi papá desde Argentina a verme. Salió en televisión el partido, lo pudieron ver todos. Invité a todos los que me ayudaron, sentí que era algo que les podía devolver a todos. Perdimos 1 a 0, jugué todo el partido. Tengo una foto en la que estoy peleando una pelota con Rooney y no podía creer que le gané una pelota, ja. También tuve un encontronazo con los hermanos Da Silva, hubo un par de Brasil vs. Argentina ahí. Fue una experiencia increíble, cumplí el sueño del pibe. 

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Sergio Torres ante Manchester United por la FA Cup. (Archivo personal).

Sergio Torres ante Manchester United por la FA Cup. (Archivo personal).

-Metieron dos ascensos seguidos…

-Fue una decisión correcta, ascendimos a cuarta y de ahí a tercera. Fueron dos años increíbles, y en el segundo año volvimos a llegar a octavos de la FA Cup, le ganamos al Hull City y quedamos eliminados con Stoke City de local. No era un equipo de renombre, perdimos 2 a 0 con uno más. Pensábamos que lo íbamos a ganar, pero perdimos. Nos hizo un gol Peter Crouch, que era un fenómeno, me sorprendió, nos pintó la cara. Pasé dos años hermosos, se fue el DT y el técnico nuevo me mandó al banco, no me ponía y me quedé por el amor al club. Jugaba poco y mirándolo después no fue la decisión correcta. Hablaba con el técnico, decía que me iba a dar la oportunidad y no me la dio.

-¿Ahí decidiste retirarte profesionalmente?

-A los 34 me retiré profesionalmente y pasé a un equipo de sexta, porque me encanta el fútbol inglés. Jugué seis temporadas en esa división que es semiprofesional, en dos equipos diferentes, en los que era capitán. Me retiré a los 39, no lo quería hacer, pero me empezó a joder la espalda y la cintura. Tenía dos hijas chicas y empecé a poner todo en la balanza, se fue el DT, quedé como ayudante de campo y lo hice durante casi dos años. Tuve la suerte de jugar 8 años semiprofesional y 10 de profesional. 

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El libro y el documental de su vida

Por su particular historia de vida y de lucha para llegar al profesionalismo, Sergio Torres fue contactado por Juan Manuel López, un periodista argentino que le propuso escribir un libro. Además, tiempo después un joven neerlandés lo llamó para hacer un documental como parte de una tesis. 

Sergio Torres y un documental sobre su vida. (Archivo personal).

Sergio Torres y un documental sobre su vida. (Archivo personal).

-¿Cómo se dio la oportunidad de escribir el libro?

-Fue una locura de un periodista que se llama Juan Manuel López. Fue el primero que escuchó de mi historia y me hizo una nota. Me llamó y me dijo que la nota fue de las más leídas, gustó la historia y me preguntó si me imaginaba hacer un libro. Le dije que estaba loco y me contó que su sueño era hacer un libro, sin ponernos tiempo de plazo. Lo pensé bien, tenía escritos mis primeros seis meses en Inglaterra porque tenía un diario y le comenté sobre eso. Le dimos para adelante y lo hicimos en tercera persona. Nos costó mucho conseguir una editorial porque no teníamos el aporte para bancarlo y en Argentina costó que la historia se lea. Hoy creo que no se puede conseguir. Lo tuvimos que traducir al inglés porque me conocían más allá, me costó dos mil libras y perdí plata, ja. Me daba 50 centavos por libro vendido y se vendieron cerca de tres mil copias. Lo que me gusta es que si alguien lo lee y se siente identificado sabe que si yo lo hice, también lo puede hacer. Contamos el libro que eran sueños cumplidos, el mío de jugar profesional y el de Juan de hacer un libro.

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-También tenés un documental…

-Después surgió ese tema. Un chico holandés me contactó porque tenía que hacer una tésis y su sueño era hacer una película. Empezamos a hacer un fondo donde la gente podía donar y en cuatro semanas conseguimos 9 mil euros para comprar las cámaras, los pasajes a Argentina y a Manchester, los hoteles. Lo hicimos y quedó el documental, que en Inglaterra lo compró Amazon Prime. Lo hicimos nosotros dos solos, tuvimos hasta que poner los arcos en Crawley porque era pretemporada. Siempre me quedé con que si yo lo puedo hacer, hay que intentarlo y no bajar los brazos cuando cae una mala en el camino. Si realmente estás decidido vas a tener chances de triunfar. Es el mensaje que le dejo a los chicos a los que le doy clase y a mis hijas. Y si no sale, te quedás con la conciencia tranquila de que por lo menos lo intentaste. 

La actualidad tras el retiro

Después del retiro a los 39 años, junto a su familia tomaron la decisión de irse a vivir a Mallorca, en donde es entrenador de las divisiones inferiores de un equipo de la localidad y también es profesor de educación física en una escuela internacional. Además, en más de una oportunidad se encontró con Lionel Scaloni. 

-¿Cómo es tu actualidad hoy en el retiro?

-Nos mudamos hace 4 años a Mallorca, nos cansamos del clima inglés. Vinimos de vacaciones, nos enamoramos de la isla y nos vinimos. Vendimos todo y arrancamos de cero acá, fue una decisión increíble, es un lugar lleno de argentinos y me siento mucho más cerca a Argentina. Hay heladerías, milanesas a la napolitana, yerba, mate, todo. También hay muchos alemanes, así que mi mujer también está cómoda. Tuve contacto en un club de acá y soy técnico de inferiores.

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-¿Te cruzaste a Scaloni?

-Lo va a buscar, la primera vez que lo vi no le quise decir nada. Lo saludé, es súper humilde. El año pasado vino mi papá de vacaciones, me fue a buscar al colegio y me preguntó si era Scaloni el que estaba ahí. Él es medio pesado, se quiso ir a sacar una foto y le dije que sí, pero que iba a hablar yo porque él habla con todo el mundo y no se calla, ja. Fuimos, le dije que mi papá quería la foto, se la sacó sin problema y ahí mi papá le dijo gracias y le pidió un abrazo. Le dijo que sí, y le agradeció por todo lo que nos hizo vivir. Ya que estaba ahí me saqué una foto yo, ja. El tipo es súper humilde y que haga emocionar a mi papá que tiene 72 años y las pasó todas es hermoso. Se lo dije a Scaloni y me dijo que es increíble lo que vivimos. Lo cruzo bastante en el estacionamiento. 

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