El tenis español tuvo, tiene y probablemente tendrá enormes exponentes. En los comienzos de la Era Abierta se lucieron Manuel Orantes, Manuel Santana y Andrés Gimeno, más tarde aparecieron los Emilio Sánchez-Vicario y Sergi Bruguera, pero ya en la década del 90 comenzaron a dar sus primeros pasos tenistas de la talla de Carlos Moyá, Alex Corretja, Juan Carlos Ferrero y también un Félix Mantilla, quien quedó algo tapado por sus compatriotas, pero que supo ser top 10, ganar diez títulos y una final memorable a Roger Federer.
Los comienzos de Alex Mantilla como profesional fueron en 1993, cuando apenas tenía 18 años y recién en 1996 ganó su primer título ATP, fue ante el argentino Hernán Gumy en Porto. Sin dudas, el año de su explosión fue en 1997, cuando conquistó cinco títulos, todos ellos ATP 250 y en polvo de ladrillo, con finales ante rivales de la talla de Carlos Moyá, Gustavo Kuerten y Albert Costa.
Semifinales de Roland Garros y top 10
En 1997 había dejado en claro que era uno de los jugadores más fuertes sobre polvo de ladrillo y en 1998 tuvo su mejor actuación en Roland Garros, certamen en el que alcanzó las semifinales, instancias en la que cayó en cuatro sets ante Carlos Moyá, quien luego s quedaría con el título tras superar a Corretja en la final. Una vez finalizada su participación en el Grand Slam Parisino, Félix Mantilla alcanzó el puesto número 10 en el ranking de la ATP, el mejor de toda su carrera.

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Una final memorable ante Federer
Luego de su gran actuación en Roland Garros 1998, ese mismo año ganó el ATP 250 de Bournemouth, en 1999 fue campeón en Barcelona, en 2001 en Palermo, tras ganarle la final a David Nalbandian y en 2003 logró el título más importante de su carrera: el Masters 1000 de Roma. En el Foro Itálico superó en la final a Roger Federer por 7/5, 6/2 y 7/6. De esta manera, el español obtuvo el último título de su carrera antes de retirarse oficialmente en 2007.
Una vez finalizada la final del Masters 1000 de Roma de 2003, quien criticó el juego de Félix Mantilla fue Roger Federer, quien por entonces no tenía la misma conducta que tuvo durante prácticamente toda su gloriosa trayectoria. Al suizo no le gustó nada perder ante Mantilla y no dudó a la hora de criticar su juego.

Mantilla y Federer en la premiación del Masters 1000 de Roma 2003. (Foto: Getty).
“Siempre es terrible cuando pierdes tus oportunidades desde el principio. Cuando desperdicias las primeras cinco oportunidades de quiebre, se te sube a la cabeza mentalmente. Siempre jugué bien hasta los puntos de quiebre, y luego me caía; no entiendo por qué, traté de mantenerme agresivo. No me salió bien, y es muy decepcionante perder un set de esa manera”, expresó Federer allá por 2003.
Además, agregó: “Mantilla juega al juego de la paciencia, no apurando nada y haciendo siempre lo mismo; es un poco aburrido si me preguntas. No importa si aciertas un buen o mal tiro; la pelota regresa de la misma manera. Tienes que entender que un buen golpe no significa que estarás en una mejor posición en la cancha. Tienes que cuidar cómo juegas”.

Mantilla ganó el título más importante de su carrera en Roma. (Foto: Getty).
Su vida después del tenis
Tras su retiro de la actividad profesional en 2007, un año más tarde Félix Mantilla se sumó al Australian Institute of Sport para trabajar en la base europea, situada en Barcelona, su ciudad natal. Pero también se desempeñó y sigue haciéndolo como entrenador. Tuvo a su cargo a tenistas de la talla de Dolgopolov, Poulli y ahora trabaja con Alejandro Davidovich Fokina, uno de los jugadores españoles de mejor presente, sobre todo en los torneos de polvo de ladrillo.

Mantilla en 2007, su último año como profesional. (Foto: Getty).

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