La eliminación de Boca Juniors en la fase de grupos del Mundial de Clubes transcurrió con altibajos, pero el empate ante Auckland City fue un golpe importante que quedará en los libros de historia del fútbol. El elenco semiprofesional rescató un punto ante el Xeneize tras haber recibido 16 goles en sus dos primeras presentaciones.
Los comandados por Miguel Ángel Russo salieron a jugar con la ilusión de conseguir una clasificación remota, pero posible. Sin embargo, los de azul y oro sufrieron para superar el bloque defensivo del rival y, tras la apertura del marcador por un gol en contra del arquero de Auckland, Christian Gray marcó una igualdad histórica en un córner.
“En los entrenamientos siempre hacemos mucho cachondeo con él. El profesor que salía en todos lados y le gritamos todo el rato ‘profesor, profesor’. Es un tipo súper callado que lo queremos mucho”, recordó el volante español del equipo, Gerard Garriga, en diálogo con TyC Sports sobre la actuación del goleador de Auckland, profesor de primaria.
En ese contexto, a casi dos meses de aquel compromiso, Garriga explicó qué significó para ellos esa igualdad: “Empatar contra Boca es más importante que ganar la Liga de Nueva Zelanda o la Champions de Oceanía. Que llegues a empatar contra uno de los mejores equipos de Sudamérica, históricamente quizás el mejor y con más títulos, es algo que nadie se podía esperar. Estamos hablando de un equipo superior, que puedas empatar es algo para la historia, para siempre. Es algo que cuando seas abuelo se lo vas a contar a tus nietos porque es irrepetible”.
!Lo festejamos de una manera increíble, nos quedamos en el campo en el césped con los familiares y los aficionados que vinieron a animarnos, no nos queríamos ir porque sentíamos que que era algo que no sé si se va a volver a repetir y queríamos vivirlo al máximo. Luego, salimos de fiesta y nos lo pasamos increíble”, recordó el español que juega allí desde 2022.
Además, quién también vistió las camisetas de Western Springs y Waitakere United, elogió a la hinchada de Boca: “No paró de cantar durante 90 minutos. Al día siguiente volaba a España y me acuerdo de estar en el avión, yo intentaba dormir porque fui unos 5 días a visitar a la familia. Cerraba los ojos y sentía como que me estaban aún cantando la canción de ‘Dale Boca’. Se te mete en la mente y en la cabeza y no puedes sacarlo. Me acuerdo de estar en el avión sentado y pensar: ‘¿Pero qué me está pasando?’”.
“El día después del partido estábamos cenando y cantábamos con mis compañeros: ‘Dale Boca’, porque parecía que nos estábamos riendo y era la realidad. Pasaron tres días y seguía cantando. Fue una experiencia única”, añadió el mediocampista.

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