No hace falta decir lo que fue Michael Jordan cada vez que pisaba una cancha durante unos NBA Playoffs. Siempre era el mejor jugador, y generalmente sus Chicago Bulls ganaban. Ni hablar en Finales, donde llegó seis veces, y las ganó en todas ellas.

Otro que no necesita introducción es Larry Bird. El alero que jugó toda su carrera en Boston Celtics marcó la época de 1980 junto con Magic Johnson. Ganó varios anillos y MVPs, pero jamás halagó tanto a alguien como a Jordan luego de un duelo de postemporada.

Un 20 de abril, pero de 1986, MJ se encontraba en sus primeros Playoffs, y en la Primera Ronda le tocaba enfrentar por el segundo juego de la serie a los poderosos Celtics de Bird, tarea muy complicada. Pero el joven estuvo a la altura de las circunstancias.

Lamentablemente, ese partido lo perderían los Bulls, y el siguiente también, por lo que con un 0-3 Boston clasificaría a la siguiente fase, y finalmente ganaría las Finales con Bird obteniendo el MVP de esa instancia. Pero algo lo impactó a Larry Legend.

Michael Jordan disfrazado de dios

En esa derrota 135 a 131, MJ dio todo lo que tenía y más. Terminó con 63 puntos, 6 asistencias, 5 rebotes, 3 robos y 2 tapones. Esta increíble actuación provocó una de las mejores frases de la historia de la NBA, cortesía de Bird: "Ese no era Michael Jordan ahí. Ese era Dios disfrazado de Michael Jordan".